El maquinista del tren de cercanías que descarriló este domingo en Nueva York ha admitido a los investigadores que se estaba quedando dormido antes del accidente, en el que murieron cuatro personas, informan diferentes medios locales.
William Rockefeller, de 46 años, habría "admitido indirectamente" a los investigadores que se quedó "dormido" antes de que el tren descarrilara al entrar en una curva pronunciada a casi el triple de la velocidad permitida, según fuentes de la investigación.
En sus primeras declaraciones al Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), el maquinista aseguró que no había consumido alcohol, y ahora los investigadores están a la espera de los informes toxicológicos, según publica el diario New York Post.
"No sé en el que estaba pensando y de lo siguiente que me acuerdo es de pisar los frenos", habría dicho Rockefeller, quien está siendo objeto de una investigación federal por lo ocurrido, según otras fuentes citadas por el periódico Daily News.
Entre otras cosas, los expertos de la NTSB están revisando los horarios del maquinista para determinar si trabajaba en exceso, quien al parecer había cambiado al turno de la primera hora de la mañana dos semanas antes, según las mismas fuentes.
Además, los investigadores han hecho una primera revisión preliminar del móvil de Rockefeller y al parece no hay constancia de que estuviera hablando por teléfono o enviando mensajes de texto, según publica The New York Times.
Al margen de la investigación, hoy se conoció que una mujer que iba en el tren accidentado ha presentado la primera querella contra la Autoridad Metropolitana del Transporte (MTA) por "negligencia, exceso de velocidad, y deficiente mantenimiento y supervisión".
"No va a volver a operar un tren pronto, se lo puedo asegurar, pero hay un proceso de por medio y el hombre tiene derechos", dijo gobernador del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo, quien anunció que mañana se restaurará el servicio en la línea Hudson de Metro North.
Precisamente Cuomo anunció que después de la tragedia ferroviaria ha ordenado que se adopten nuevas medidas de precaución para proteger a los pasajeros, incluido obligar a todos los empleados de la MTA a participar en charlas sobre seguridad.
La NTSB reveló este lunes, a partir de los primeros informes preliminares recogidos de las dos cajas negras del tren accidentado, que el convoy circulaba a 132 kilómetros por hora en una zona limitada a 48 poco antes de descarrilar en el condado de El Bronx.
Aproximadamente seis segundos antes de que la locomotora se detuviera el acelerador dejó estar accionado y solo un segundo después se aplicó el máximo de presión en los frenos, según los datos técnicos divulgados por el NTSB.
Cuatro personas murieron y más de sesenta resultaron heridas cuando el tren, compuesto por siete vagones y una locomotora, descarriló en la mañana de este domingo en una curva pronunciada y terminó a orillas del Hudson.