El argentino Lionel Messi volvió a escribir otro registro, un nuevo récord. Fue el máximo goleador de todas las ligas de Europa, y por ello estuvo en la antigua fábrica de cervezas Damm de Barcelona para la entrega de su tercera Bota de Oro.
Nadie en la historia había sido el máximo goleador de las Ligas europeas en tres temporadas antes de que La Pulga. En esta oportunidad se le adjudicó el premio por convertir 46 tantos en 32 partidos.
Las lesiones le impidieron romper su mejor marca. El problema en el bíceps femoral de la pierna derecha que lo alejó de varios partidos, lo dejaron a cuatro de los 50 goles hechos en la Liga 2011-12, campaña en la que logró su segunda presa.
El primer galardón fue en la temporada 2009-2010, en la que convirtió 34 goles.
Las palabras iniciales, llenas de elogios para el jugador, estuvieron a cargo del director del Diario Marca, Óscar Campillo. Leo escuchaba sentado al lado del presidente del Barcelona, Sandro Rosell, y cerca de alguno de sus compañeros de equipo, cómo Xavi, Puyol, Fábregas, Piqué, Jordi Alba y Pinto.
Luego de ver alguno de sus goles, y de los aplausos, Hristo Stoichkov le entregó el premio. El histórico delantero bulgaro bromeó en su discurso y llenó de elogios al argentino.
"Se lo dedico a mi familia, la gente que me quiere, la que está conmigo en los momentos más duros y en los lindos también. Al vestuario, porque sin ellos no hubiese conseguido esto, ni los anteriores", dijo Messi al subir al escenario.
Hubo mención para Gerardo Martino, que estaba presente en el día de su cumpleaños, y el goleador blaugrana dijo que su equipo "no cambió la filosofía, pero sumó más variantes".
"Nos encontramos aquí el año que viene", ironizaron al cerrar el acto que vio a Lionel Messi nuevamente como máximo anotador del viejo continente.