El partido entre Colón y Atlético Rafaela no se pudo disputar. Esta vez no fue la violencia, la lluvia o la falta de luz, inconvenientes típicos del fútbol argentino, lo que generó el atraso. Los jugadores del conjunto santafesino no viajaron al estadio para disputar el encuentro.
El conflicto se suscitó por la falta de pago de los contratos de imagen y siete meses de sueldo del plantel. La dirigencia se había comprometido a pagar hoy, pero no se acreditó el dinero en la cuenta de los jugadores, lo que generó la decisión de los futbolistas de no salir de la concentración.
Con el titular de Futbolistas Argentinos Agremiados, Sergio Marchi, tratando de mediar en el hotel donde concentra Colón, el conflicto parecía encontrar una salida. Pero la situación no cambió y en el estadio el plantel de Atlético Rafaela decidió retirarse de la cancha y volverse a su ciudad.
El vicepresidente de Colón, Rúben Moncagatta, había avisado que el encuentro podría jugarse a las 20:30 pero la confirmación oficial nunca llegó. La determinación necesitaba la autorización de la AFA y el hecho nunca se concretó. La utilería de Rafela se retiró y los jugadores se fueron de la cancha sin hablar.
El plantel que dirige Burruchaga entiende que la situación se manejó de una forma desprolija y no aceptó que se juegue más tarde. Mansanelli y Bastía, jugadores de Rafaela, se solidarizaron con sus pares de Colón pero acataron la decisión del club de esperar el tiempo que corresponde, firmar las planillas de AFA y retirarse del vestuario.
El clima estuvo muy tenso en el "Cementerio de los Elefantes". La cancha estaba casi vacía y cuando la voz del estadio anunció que los hinchas podían salir y volver a entrar en el caso de que se juegue, los simpatizantes "sabaleros" abandonaron las tribunas.
El árbitro del encuentro, Darío Herrera, completó el acto poniendo que Colón no se presentó a jugar el partido. Por reglamento, le dan por perdido el partido y le descontarán 3 puntos más.
