Las reservas del Banco Central siguen en caída libre y volvieron a perforar otro piso: el de los u$s33.000 millones. Las arcas de la entidad sufrieron otro duro golpe y cedieron u$s340 millones en una sola jornada. La combinación letal fue la venta de dólares en el mercado cambiario por u$s140 millones, la caída del oro en el mercado internacional y los pagos para importar energía. Esto hizo que las reservas terminaran en u$s32.711 millones y retornaran a niveles de enero del 2007.
El derrumbe de las reservas, que superan los u$s10.000 millones en el año (más que todo 2012 y 2011 juntos), pone más presión al Gobierno para lanzar alguna medida que detenga la sangría. En los pasillos oficiales se habla de "parálisis" total a la "espera" de que la presidente Cristina Kirchner retome sus actividades (si bien en forma acotada) a partir de la semana próxima y decida el plan de acción.
De todas formas, los planes que contemplan cada uno de los integrantes del denominado "equipo económico" son casi públicamente conocidos. Y hay pocas coincidencias de fondo. Por ejemplo, la presidente del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, estaría a favor de colocar más restricciones al denominado dólar turista; al contrario del recaudador Ricardo Echegaray, a quien le costó caro haber pedido públicamente que termine el blanqueo.
Marcó del Pont no ve con buenos ojos un desdoblamiento como sí pregona el viceministro de Economía, Axel Kicillof. Este funcionario sostiene en privado que hay que blanquear la situación del mercado, donde conviven dólares oficiales y paralelos. Cree que el turista y el blue deberían ser casi lo mismo, y liberar así las restricciones. "Quien quiere irse a Miami que compre lo que quiera, pero a 9 o 10 o a lo que esté el dólar", dice alguien cercano a Kicillof.
Lo que se debate es si ese desdoblamiento cambiario también tiene que abrirle las puertas al "atesoramiento" o no. En ese caso, no sólo se accedería al dólar para viajar a un precio mayor de los $7,18 actuales del dólar tarjeta (oficial más el 20%), sino que se podría comprar para ahorrar. Ahí hay quienes creen que la sangría de reservas sería mayor porque se le sumaría a la demanda del blue todo lo "blanco" que podría comprar dólares.
Hay muchas personas y empresas que no pueden operar en el mercado negro al tener su actividad totalmente registrada. Ahora, si pudieran comprar dólares legalmente al precio que fuera, lo harían y eso presionaría aún más al Central.
Otro actor no menor es Guillermo Moreno. El secretario de Comercio cree que presionando a empresas y bancos para que traigan dólares vía el BAADE y amenazando a cambistas cuando se dispara el blue, logrará mantener el barco a flote. Algunos dicen que no está del todo en contra de un desdoblamiento del mercado cambiario.
El último que está pujando por ganar la batalla interna es el ministro de Economía, Hernán Lorenzino. El funcionario es quien quiere reflotar el "plan Boudou", que consiste en ir solucionando los frentes externos (CIADI, IPC nuevo a pedido del FMI y los juicios con los holdouts) para que vuelvan a ingresar dólares al país. Lorenzino no quiere ser catalogado como el hombre que retome el endeudamiento externo, por eso habría emisiones de deuda para "financiar planes energéticos".
No sería descabellado ya que uno de los déficits más altos están en ese ítem. La Argentina podría volver a pedir fondos para fines específicos, tal como había deslizado Amado Boudou cuando era titular de Hacienda, y retomar una agenda más "amigable" con la comunidad internacional.
Más allá de las propuestas de los distintos funcionarios, la última palabra la tiene la Presidente. Y, recuerdan algunos, puede que no intente ningún cambio dramático de timón. En el ínterin, los dólares siguen yéndose de las reservas del Central.