Un preso enyesado y con muletas se fugó del penal de Viedma

Un joven de 20 años huyó de la enfermería de la cárcel. Unos días antes se habían escapado dos reclusos. El ministro de gobierno de Río Negro dio detalles insólitos de las fugas y confirmó complicidades de los guardiacárceles

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El Penal 1 de Viedma volvió a ser escenario de una nueva fuga y las características insólitas del episodio confirman las sospechas sobre la complicidad de los custodios.

Un preso que tenía su pierna derecha enyesada y utilizaba muletas se escapó de la enfermería de la prisión. El recluso  fue identificado como Walter Leandro Castro (20), oriundo de la localidad de Lamarque, quien había resultado lesionado en una pelea que se produjo adentro de la misma cárcel.

El ministro de Gobierno de Río Negro, Luis di Giácomocomentó que "en una semana sucedieron tres casos" y dio detalles de la fuga: "Tenían un custodio al que le pidieron que dirija una nota al director. Y cuando fue a realizar el trámite, casualmente se olvidó de poner el candado en la salida...".

"Lo grave es que el señor no volvió a su puesto y se quedó mirando una carrera. Esto sucedió a las 10 de la mañana y se dio cuenta (del escape) recién a las 16; se dio cuenta entre comillas", apuntó el funcionario en declaraciones a La Red.

Al momento de la fuga, el joven vestía una remera clara y pantalón corto de fútbol; por estas horas es intensamente buscado por la policía.

La historia de la fuga tenía antecedentes que potencian el asombro. "En las cárceles se verifican rivalidades entre bandas, por lo que tenemos que separar a distintos internos", explicó Di Giácomo, que luego de esa introducción apuntó: "En Viedma se produjo una reyerta que después descubrimos que empezó cuando un guardia entregó a otro pabellón al enemigo de ese grupo. Entonces se desató una pelea muy intensa, que en realidad era una maniobra de distracción para la fuga de tres presos de otro sector".

"A los pocos días (los reclusos) iban a declarar y estaban siendo transportados por gente de mucha experiencia; no llevaban esposas y viajaban en un vehículo que llevaba las puertas traseras sin traba", relató el ministro de gobierno de Río Negro. "En un semáforo se escaparon dos. Y el policía no sólo no los corrió, sino que alentaba al tercero a que se vaya; éste no se escapó porque le quedaban pocos días de condena", detalló Di Giácomo. "Todo esto demuestra que hay complicidades", completó.

 
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