La Reserva Federal de Estados Unidos celebra la semana entrante su penúltima reunión del año para analizar la política monetaria del país, en la que no se espera que haya anuncios sobre el inicio de la retirada del programa de estímulo dada la reciente crisis presupuestaria vivida en el país.
Pese a que los mercados anticipaban alguna señal de salida del multimillonario programa de compra de bonos antes de finales de año, lo cierto es que la reunión del Comité Federal del Mercado Abierto del 29 y 30 de octubre del Banco Central de EEUU estará más marcada por el cierre parcial de la Administración y el acuerdo de último momento en el Congreso que evitó la suspensión de pagos.
"Octubre será difícil. ¿Diciembre? Creo que necesitamos un par de buenos informes sobre desempleo y una evidencia de mayor crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB)", afirmó esta semana Charles Evans, presidente de la Reserva Federal de Chicago, en una entrevista en la cadena CNBC al referirse a los dos encuentros que restan antes de fin de año.
"Probablemente harán faltan algunos pocos meses para ver eso", agregó Evans, considerado uno de los miembros de la Fed más predispuestos al estímulo.
Precisamente, esta semana se difundió el dato de desempleo de septiembre, que ofreció señales mixtas ya que rebajó a 7,2% la tasa de desempleo pero los 148.000 puestos de trabajo creados fueron menores de lo esperado.
La Reserva Federal mantiene un agresivo programa de compra de bonos de 85.000 millones de dólares mensuales lanzado a finales del pasado año para reforzar la tibia recuperación de la economía estadounidense.
Por lo que se refiere al PIB, la cifra correspondiente al segundo trimestre del año y divulgada a finales de septiembre señala que la economía de EEUU creció a un ritmo anual de 2,5 por ciento.
No obstante, el cálculo se produjo unos días antes de que la Administración de EEUU tuviese que cerrar parcialmente durante 16 días debido a la falta de acuerdo entre republicanos y demócratas en el Congreso para un nuevo presupuesto.
De acuerdo con Jason Furman, el director del Consejo Presidencial de Asesores Económicos, esta suspensión parcial de la Administración y la incertidumbre fiscal reducirán el crecimiento de EEUU del último trimestre del año en 0,25 puntos porcentuales y supondrán la creación de 120.000 puestos de trabajo menos de lo esperado.
Por ello, y a pesar de los indicios dados por el presidente la Fed, Ben Bernanke, acerca de la disposición del banco central a comenzar una salida gradual del estímulo monetario antes de final de año si las condiciones económicas lo aconsejaban, los analistas coinciden en que lo más probable es que se mantenga el actual programa de compra de bonos.
A la incertidumbre fiscal, además, se le sumaba la existente sobre el sustituto de Bernanke, cuyo mandato concluye en enero, por lo que el presidente Barack Obama decidió disipar este mes la duda que estaba en su mano.
A mediados de octubre, en pleno cierre de la Administración, Obama anunció la designación como candidata para dirigir el banco central de Janet Yellen, actual vicepresidenta, algo que los expertos han percibido como la garantía de una transición suave dentro de la Reserva Federal.
Con el acuerdo alcanzado el miércoles 16 de octubre poco antes de la medianoche, se puso fin a la crisis presupuestaria, aunque solamente de manera temporal, pues republicanos y demócratas pactaron garantizar fondos para el funcionamiento de la Administración sólo hasta el 15 de enero.
"Va a ser muy difícil sentir confianza en diciembre dado que vamos a repetir parte de lo que acabamos de ver en Washington", remarcó con cautela Evans, en previsión de una reedición de la disputa legislativa en el Congreso dentro de dos meses antes del nuevo plazo límite.