El último martes, el gobierno de Cuba anunció la unificación de las dos monedas que circularon en la isla durante los últimos 20 años. Si bien la administración de Raúl Castro apuesta fuerte a la que es, sin dudas, la reforma más ambiciosa de su gestión, también asume peligrosos riesgos, según estiman algunos analistas.
"Es, sin dudas, la mayor de las reformas, considerada durante mucho tiempo 'demasiado' diíficil para la economía cubana", opinó Paul Webster, ex embajador de Gran Bretaña en La Habana y profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Boston, Estados Unidos.
En esa línea, el ex funcionario argumentó que el presidente Raúl Castro "sabe que debe apelar a toda su autoridad personal que le confiere ser un Castro, para reparar esta situación absurda" de tener dos monedas: el peso cubano (CUP), de uso doméstico, y el peso convertible (CUC), que vale 24 CUP y es equivalente al dólar norteamericano, para sus transacciones exteriores.
"La unificación monetaria sería una reforma extraordinariamente audaz", agregó Richard Feinberg, profesor de la Universidad de California y analista de la Brookings Institution, de los Estados Unidos.
La creación de una divisa única "mejoraría de manera considerable el clima de los negocios, enviando a los inversores una clara señal de racionalidad en los precios y reforzaría la rentabilidad y daría un considerable impulso a las exportaciones", subrayó Feinberg.
"Será igualmente una fuerte señal para mostrar a la comunidad internacional que Cuba acelera su ritmo en busca de una economía más abierta al mercado", indicó el ex consejero del presidente Bill Clinton (1993-2001).
Un largo camino por recorrer
Pero el camino es largo y difícil, coinciden todos los expertos consultados.
"La aplicación de esta decisión será lenta y complicada, de igual forma que todas las reformas introducidas en Cuba", dijo a la AFP Peter Hakim, presidente emérito del grupo de reflexión estadounidense Diálogo Interamericano, en Washington.
Al anunciar el martes el lanzamiento del proceso de unificación monetaria, el régimen comunista cubano se cuidó bien de fijar un calendario preciso. Pero "no habrá terapia de choque" enfatizó el comunicado oficial publicado, al aclarar que el Consejo de Ministros aprobó el lanzamiento del proceso.
Uno de los principales focos para resolver está en la contabilidad del Estado y sus empresas. Si el cubano común debe arreglárselas todos los días para complementar sus escasos ingresos en CUP, con una tasa de 24 CUP por 1 CUC, las cuentas públicas aplican una tasa de 1-1.
Esto ha creado "una distorsión de toda la realidad económica que falsea todas las decisiones económicas y toda la planificación centralizada", dijo el especialista cubano Pavel Vidal, actual profesor de la Universidad Javeriana de Cali, Colombia.
De hecho, el proceso de reconciliación de las tasas de cambio entre el CUC y el CUP ya ha comenzado de manera experimental, apunta Vidal.
Toda una serie de transacciones se realizan a diversas tasas CUP/CUC, subraya Vidal: las ventas directas de agricultores independientes a los hoteles y restaurantes se realizan sobre la base de una tasa 10/1 en lugar de 24/1.
La industria azucarera, explica el especialista cubano, ha comenzado a realizar diversas transacciones a tasas diferentes de la 1/1 establecida para las empresas estatales: 12/1 para sus exportaciones, 7/1 para sus importaciones y 4/1 para sus importaciones de combustibles, entre otras.
Las reformas, que dieron una mayor autonomía a algunas empresas estatales, prevén igualmente que realicen toda su contabilidad en CUP a tasas variables, comprando al Banco Central a una tasa de 10/1.
"Ninguna información oficial está disponible al respecto", remarca el economista cubano.
Para salir de este embrollo monetario, el desafío es enorme para el régimen cubano, incluso políticamente.
Para Paul Webster Hare, "está por ver si el sistema económico establecido por Fidel Castro en sus grandes dimensiones va a ser desmantelado por su hermano Raúl antes de 2018", cuando concluya, según ha anunciado, su segundo y último mandato presidencial.