El policía boliviano Jhonny Quispe, de 29 años, falleció este domingo en una clínica de La Paz a causa de la herida sufrida el sábado en la zona cocalera de Apolo y se convirtió en la segunda víctima mortal de un ataque contra varios agentes, según informaron fuentes oficiales.
Quispe murió pasado el mediodía debido a las lesiones provocadas por el impacto de una bala en el abdomen que provocó la perforación del hígado, páncreas e intestino grueso, de acuerdo con un comunicado del Ministerio de Gobierno (Interior).
El subteniente de Ejército Oscar Gironda, de 23 años, se convirtió el sábado en la primera víctima del ataque, tras recibir un disparo en el pecho presumiblemente hecho por un francotirador desde una serranía, cuando los uniformados iban a erradicar cultivos ilegales de coca cerca del pueblo de Apolo.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, expresó este domingo su sospecha de que supuestos narcotraficantes peruanos participaron ese día en el ataque a tiros contra los policías y los militares producido en esa región, cerca de la frontera con Perú.
Para el alto funcionario, los campesinos bolivianos de esa zona no tienen la tradición de usar armas, ni son capaces de preparar un operativo de resistencia armada ante militares.
Además de los dos agentes muertos, el ataque dejó más de una decena de heridos de bala, quince lesionados por golpes y ocho uniformados que están retenidos ilegalmente por los campesinos en la zona, situada en el norte del departamento de La Paz.
En Apolo, hay una zona autorizada para cultivos de coca para usos lícitos en la industria y prácticas culturales y que se someten al control de las autoridades, pero también hay comunidades cuyas plantaciones se destinan supuestamente a la fabricación de cocaína