El Banco Central de Venezuela anunció el pasado jueves que la inflación fue del 4,4% en septiembre, lo que representa un incremento del 49,4% en un año, una de las tasas más altas en más de una década.
Con estos guarismos, ingresa al podio de los países con mayor inflación del planeta, y sólo es superada por Bielorrusia y Sudán del Sur.
El incremento de precios en alimentos es aún más preocupante, ya que alcanzó el 70% en los últimos 12 meses.
Pero la comida no sólo se encarece, sino que también se hace cada vez más difícil de conseguir. El índice de desabastecimiento cerró en septiembre en un 21,2%. También es uno de los más altos de la historia del chavismo.
Alimentos como la leche en polvo, el azúcar y el aceite de cocina son casi imposibles de adquirir, con una escasez que supera el 85%.
El drama del desabastecimiento, sumado a las trabas a las importaciones, está provocando una crisis sanitaria en el país por la falta de insumos esenciales. Un ejemplo de esta situación es que ya no se pueden hacer diagnósticos de cáncer.
La falta de parafina, una sustancia importada que no está entrando al país y que es necesaria para evaluar la gravedad de un tumor, obligó a cerrar temporalmente el proceso de diagnóstico oncológico, según informó El Nacional.
Semanas atrás, un grupo de médicos de hospitales públicos solicitó al presidente Nicolás Maduro que declare la "emergencia hospitalaria" para atender esta realidad.
Sin embargo, el mandatario insiste en negar la realidad o atribuirla a conspiraciones. El pasado jueves aseguró que el Gobierno dispone de suficientes divisas para atender los requerimientos de la economía.
Pero, acto seguido, anunció la reanudación de las subastas de dólares que tan pobres resultados han dado para revertir su escasez, que ha hecho caer la producción en casi todos los rubros de la economía, por la falta de insumos
En Venezuela existe un sistema de control de cambios desde 2003 que impide el libre acceso a las divisas y obliga a particulares y empresas a canalizar sus peticiones a través de varios mecanismos, el más importante de los cuales es el Cadivi, que otorga dólares al tipo de cambio oficial, a 6,30 bolívares.
En este contexto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) indicó que los crecientes "desequilibrios" en la economía venezolana hacen que la situación "no sea sostenible", a no ser que "se hagan correcciones".
"La inflación subió en Venezuela de manera muy importante, los diferenciales sobre el tipo de cambio son muy altos y los indicadores de escasez son muy importantes. A eso nos referimos como una situación no sostenible", aseguró a la agencia EFE Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI.
Los últimos cálculos del organismo internacional señalan que la inflación en Venezuela cerrará 2013 en un 46% y el crecimiento económico será de 1% anual.
"Toda la tendencia en estos indicadores es al alza, no se ve un punto de inflexión ni una reversión", agregó Werner.
Por ello, el funcionario afirmó que tendrá que haber "correcciones" en la economía venezolana para hacer frente a estos "desequilibrios", y entre ellas mencionó una modulación del exceso del gasto público.
El país suramericano, con el presidente Hugo Chávez al frente del gobierno, ordenó en 2007 la retirada de Venezuela del FMI y del Banco Mundial.
Crisis política
La gravedad de la situación económica ha dado lugar una crisis política sin precedentes, con enfrentamientos abiertos entre distintos sectores del gobierno.
Los protagonistas de la disputa son el ministro de Finanzas, Nelson Merentes, y el de Planificación, Jorge Giordani. Merentes propone flexibilizar el acceso a las divisas y establecer un sistema que permita más libertades a los empresarios para las importaciones, según informa El País.
Eso pondría un freno a la incontenible apreciación del dólar en el mercado negro, donde ya cuesta siete veces más que en el oficial.
Pero Giordani se opone, y plantea como la única solución la profundización del rumbo elegido por el chavismo. Es decir, más regulación de las importaciones, asignación arbitraria de divisas a precios preferenciales y militarización de la economía para contener la inflación y la escasez.
Por el momento, todo indica que es la postura de este último la que más convence a Maduro, que parece
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