El mar Mediterráneo volvió a transformarse en cementerio tras el nuevo naufragio el viernes cerca de Malta y Lampedusa en el que murieron decenas de inmigrantes, ocho días después de que otros 300 perdieran la vida frente a las costas de esa isla del sur de Italia.
En la embarcación que se hundió el viernes por la tarde al sur de Malta y Lampedusa viajaban unas 230 personas cuyo destino era la pequeña isla italiana situada al sur de Sicilia, según la marina maltesa.
El primer ministro maltés, Joseph Muscat, confirmó la muerte de "al menos 27 inmigrantes", en una rueda de prensa el viernes por la noche.
La Marina italiana informó este sábado del hallazgo de 34 cadáveres.
Los miembros de los equipos de rescate lograron salvar a cerca de 200 personas.
El sábado por la mañana, 143 inmigrantes llegaron a La Valetta tras un viaje de 10 horas en un barco de las fuerzas armadas maltesas desde la zona del naufragio. Otros 56 supervivientes, socorridos por un buque de guerra italiano, el "Libra", se dirigían hacia Porto Empedocle (Sicilia).
Los refugiados, que aparentemente proceden del Cuerno de África, desembarcaron en La Valeta en silencio y con aspecto cansado. Se montaron en un autobús para ser trasladados a centros de acogida.
En Malta también se transportaron a tierra cuatro cadáveres de una mujer, dos niños y un bebé.
Una lancha de la policía financiera italiana trasladó hasta Lampedusa 22 cadáveres hallados el viernes por la noche.
Otros nueve inmigrantes, cuyo estado de salud era demasiado frágil como para hacer el viaje por mar hasta La Valetta, fueron trasladados en helicóptero hasta Lampedusa, según los servicios de rescate.
El hundimiento
El accidente se produjo en las aguas del triángulo formado entre Malta, Libia y Lampedusa, a unos 110 km al sur de la isla italiana, según un mapa publicado en la página web de la marina maltesa.
El barco se desestabilizó y volcó cuando los inmigrantes empezaron a moverse, desplazándose hacia el mismo lado de la embarcación, para llamar la atención de un avión militar que sobrevolaba la zona, informó la misma fuente.
La marina maltesa envió rápidamente barcos de rescate y helicópteros y desplazó al lugar del accidente a varios navíos comerciales, mientras que las autoridades italianas enviaron buques militares, el "Libra" y el "Respiro", y helicópteros que lanzaron lanchas inflables.
Este drama se produce tras el naufragio de un barco de pesca frente a las costas de Lampedusa el 3 de octubre. En la embarcación viajaban más de 500 refugiados, en su mayoría eritreos, y sólo sobrevivieron 155. Hasta el momento, se encontraron 339 cadáveres.
Por otro lado, las lanchas de los guardacostas italianos socorrieron el viernes por la noche a otras dos embarcaciones frente a las costas de Lampedusa, según los medios italianos.
En una de ellas, un barco hinchable, viajaban 85 inmigrantes que lanzaron un SOS y fueron rescatados al sur de la isla.
La otra, que transportaba a 183 refugiados entre los que había 34 mujeres y 49 niños, fue inspeccionada e inmovilizada en la entrada del puerto.
Este sábado por la mañana, un barco militar llegó a Lampedusa para trasladar los 339 ataúdes de las víctimas del naufragio del 3 de octubre, la peor tragedia migratoria ocurrida en Italia desde hace más de 10 años.
Según las ONG, casi 20.000 inmigrantes y refugiados perdieron la vida intentando atravesar el Mediterráneo en los últimos 20 años, mientras que los datos indican que 2011 fue el peor período, con 1.800 muertos o desaparecidos.
La palabra de ACNUR
La Agencia de la ONU para refigiados (ACNUR), en un comunicado difundido el día viernes, explicó que el fenómeno de personas que cruzan el Mediterráneo en pequeñas embarcaciones no es algo nuevo y está relacionado con cuestiones tanto de asilo como de inmigración.
"Las personas que viajaban a bordo del barco que se hundió en Lampedusa la semana pasada eran en su mayoríaeritreas y es probable que muchas de ellas hubieran necesitado protección internacional. Entre los supervivientes, hay personas que habían estado en el campo de refugiados de Shagarab, en el este de Sudán, así como en el campo de Mai Aini, en el norte de Etiopía", detalla la ACNUR.
Por último, el organismo destacó como positiva la declaración del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, sobre la necesidad de incorporar medidas que refuercen la capacidad de rescate en el mar, así como una mejor vigilancia para detectar embarcaciones.