La joven activista pakistaní Malala Yousafzai,
que estuvo a punto de perder la vida en un ataque talibán, fue recibida por el
presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, su esposa, Michelle, y su hija de 15
años, Malia.
Según informó la Casa Blanca, Obama recibió en el Despacho Oval a Malala "para
agradecerle por su trabajo inspirador y en nombre de la educación de las
mujeres en Pakistán".
"Estados Unidos se une al pueblo pakistaní y a tantos en todo el mundo
para celebrar el coraje de Malala y su determinación para promover el
derecho de todas las niñas a ir a la escuela y cumplir sus sueños", indicó
la Casa Blanca.
Malala, que era candidata al premio Nobel de la Paz que le fue concedido
finalmente a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ),
fue herida de bala en la cabeza por los talibanes en represalia por sus
campañas a favor de la educación en el Valle del Swat, al noroeste de Pakistán,
donde residía.
Ese atentado, que casi acaba con su vida, la ha llevado al exilio y a aumentar
el alcance de sus campañas a favor de la educación femenina en otros países. Escribió una autobiografía y planea crear una fundación, Malala Fund.