En los últimos años, la Argentina desperdició una oportunidad histórica para consolidar su economía de la mano de un contexto mundial excepcional. Emporio Armani fue la primera empresa en dejar el país, tres años atrás. En diciembre de 2011, le siguieron la francesa Yves Saint Laurent, luego de 30 años de permanencia, Escada y Polo Ralph Lauren.
La tendencia no se detiene y mes a mes la lista de empresas que abandonan el país (o se están por ir) se incrementa. Las razones, las mismas. Cepo cambiario, inflación, restricciones para importar, y otras tantas erróneas políticas gubernamentales, son el combo que provocó la pérdida de competitividad y obligó a estas firmas a tomar la drástica decisión.
En su mayoría, como el 100% de los artículos que ofrecen son importados, las firmas no tienen stock para mantener la operación. Y en otros casos, no acceder a los insumos necesarios para producir provoca que no "cierren los números".
También están las firmas que además de las regulaciones impuestas por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, no pueden hacer frente a un tipo de cambio de poco más de 5.80 pesos para traer fondos, cuando tienen costos con un dólar libre que roza los 10 pesos.
Se pueden recordar los casos de Louis Vuitton, que cerró las puertas de su local en la emblemática esquina de la avenida Alvear y Ayacucho, el 31 de octubre del año pasado. O la marca de ropa interior Calvin Klein, que arribó al país en 2008 y llegó a abrir cuatro tiendas en distintos shoppings, para luego cerrar a fin de marzo de 2012 su último local en el Unicenter.
Otra de las firmas que abandonó la avenida Alvear fue Cartier, el fabricante de relojes y joyas desde hace más de 100 años, propiedad del grupo suizo Richmond. Estuvo radicado en la Argentina desde la década del 90.
El caso de la minera Vale fue quizás el más notorio este año, por la catarata de consecuencias que provocó en varios frentes. En Mendoza, por ejemplo, se lo consideró catastrófico por la pérdida de empleos.
Pero como indicaron en varias oportunidades los ejecutivos de la minera, los aumentos de los costos internos sumado a una deuda que debe afrontar por 14 mil millones de dólares, hacía imposible su operación.
Después de Vale ahora parece ser el turno de otra empresa internacional: Elektra. La compañía, propiedad de uno de los principales accionistas de Televisión Azteca, también se cansó de Moreno.
En un comunicado, el directorio de la compañía, por instrucción de sus principales accionistas, informó que optó por abandonar la Argentina y "concentrarse en países donde se advierte mejor clima para los negocios y finanzas, en beneficio de todos sus inversores".
Entre los que analizan irse, está Nextel. Como anticipó Infobae, la noticia comenzó a circular a fines de agosto pasado en el marco de la reunión anual del Council of the Americas. Allí se dejó trascender que Nextel Argentina estaba en venta, y que NII Holdings (la empresa norteamericana dueña de la telco) ya tenía la decisión tomada.
Si bien la venta se maneja en el mayor de los silencios, un alto ejecutivo de la empresa –en riguroso off the record– aseguró que son tres los posibles compradores: Corporación América, de Eduardo Eurnekian; el titular de Exolgan, Alfredo Román; y el fondo de inversión Fintech Advisory, de David Martínez.
En este contexto complicado de empresas que se van e inversiones que no llegan, hay otras empresas que cansadas de someterse a las exigencias cambiantes de este gobierno, no planean dejar el país pero debieron cesantear personal o anticipar vacaciones por la falta de insumos, como es el caso de la multinacional Cargill o FATE, la productora nacional de neumáticos de la familia Madanes Quintanilla.
En el ámbito general, según un estudio de la consultora del economista Orlando Ferreres, durante todo 2012, en la Argentina se crearon 55.934 compañías, aunque 56.108 dejaron de existir, situación que se da por primera vez en diez años.