El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, pidió una rápida acción del -dividido- Congreso. En una carta al Capitolio, advirtió que si no se eleva el techo de deuda el 17 de octubre, la institución habrá agotado sus recursos y no podrá afrontar los gastos del Estado.
Además, adelanta que repetir los problemas de 2011 a la hora de autorizar un incremento del límite de deuda causaría un "daño significativo a la economía". "En ese punto, estimamos que el Tesoro contará sólo con unos 30.000 millones de dólares (22.222 millones de euros) para hacer frente a los compromisos del país, una cantidad insuficiente para cubrir los gastos de determinados días, que pueden llegar a 60.000 millones de dólares", agrega.
"Si no tenemos a mano dinero suficiente, sería imposible para EEUU cumplir con sus obligaciones por primera vez en la historia. (...) No hay manera de conocer el daño que cualquier plan de priorización causaría a nuestra economía y mercados financieros. (...) Si el Gobierno no fuera capaz de pagar todas sus facturas, los resultados podrían ser catastróficos", alertó.
Como sucedió con el financiamiento del Gobierno, el aumento en el techo de la deuda puede verse complicado por intentos republicanos de utilizar proyectos legislativos para despojar de fondos a la emblemática ley de salud del presidente Barack Obama, conocida como "Obamacare".
Líderes republicanos en la Cámara de Representantes notificaron a sus miembros que una votación sobre el aumento del límite de endeudamiento del Gobierno podría tener lugar tan pronto como el viernes.
Sobre la próxima batalla del presidente en el Congreso, Obama afirmó que "si no aprueban aumentar el piso, será más grave que el cierre del gobierno. Será una parálisis total". Ya advirtió: "No voy a negociar. No voy a permitir que arrastren al barro a nuestra economía".