"Más familias van a resultar afectadas y una vez más insto a los republicanos que abran el gobierno. El pueblo se merece los servicios que nosotros ofrecemos. No pueden mantener a todo el gobierno suspendido por una batalla ideológica", declaró el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en alusión a la iniciativa de sus rivales partidarios en el Congreso a cancelar la ley presupuestaria, para frenar la reforma sanitaria.
"Muchas oficinas van a tener que estar cerradas. Cientos de miles de empleados se han tenido que quedar en su casa y no recibir paga, pese a que tienen sus gastos", explicó. Y agregó: "Nuestros déficits están cayendo a los ritmos más rápidos en los 15 años. Así que esta paralización tiene que ver con ponerle freno a nuestro proyecto, a la lucha contra el Obamacare".
"En estos días sé que es extraño que un partido quiera generar todo esto. Fue un tema central en nuestras elecciones y está para quedarse. Aunque el gobierno esté cerrado, gran parte del Obamacare está abierta", garantizó.
"En los últimos 3 años desde que se promulgó la ley, los costos se han ido bajando. Hemos generado 7,5 millones de empleo y, como toda ley nueva, siempre puede haber obstáculos que deben arreglarse", declaró el mandatario estadounidense desde la Casa Blanca.
"No me voy a rendir ante las demandas que sostienen los republicanos. Es a los estadounidenses a quienes están perjudicando si anulan esta ley. Y que esas personas no tengan seguro medico, no tiene sentido".
No son días fáciles para el presidente Barack Obama. Este martes el Congreso no llegó a un acuerdo sobre la ley de presupuesto y comenzó la temida parálisis del gobierno norteamericano hasta tiempo indefinido. Por eso, el mandatario habló desde la Casa Blanca a su país.
Los Estados Unidos amanecieron este martes con la Administración parcialmente paralizada por primera vez en 17 años, luego de que demócratas y republicanos no llegaran esta madrugada a un acuerdo parlamentario para asignar fondos al gobierno federal, por la presión del arco republicano contra la reforma sanitaria impulsada por Obama.
Con este cierre, quedaron más de 800.000 funcionarios suspendidos, y podría representarle al Estado un gasto de más de mil millones de dólares.
De esta manera, se vio interrumpida la emisión de datos económicos, y los parques nacionales, como otros puntos turísticos, cerraron sus puertas. Sin embargo, se mantendrán abiertos servicios básicos como el correo, el control de tráfico aéreo, los cheques de pensiones o la actividad de los agentes policiales y de seguridad.