A los problemas de desabastecimiento que está afrontando el país y el descontento social por las últimas medidas impulsadas por el gobierno de Nicolás Maduro, se suma la polémica en torno a la designación de familiares del presidente venezolano para ocupar cargos públicos.
Carlos Erik Malpica Flores, sobrino de la mujer del mandatario y procuradora general, Cilia Flores, fue designado como tesorero nacional, según lo estipulado en la Gaceta Oficial 40.260.
En abril pasado, Flores había asumido el cargo de subtesorero nacional, así como también el de comisionado presidencial para asuntos económicos y financieros.
En tanto, el sobrino de la mujer de Maduro también se desempeñó como director general de la Vicepresidencia Ejecutiva y como secretario general ejecutivo del Ministerio de Relaciones Exterior.
Maduro, rodeado de sus afectos
Además de esta designación, en su último viaje a China el presidente Nicolás Maduro había dejado a su hijo, Nicolás Maduro Guerra, de 23 años, a cargo del equipo de inspección de acciones del Gobierno.
Si bien su descendiente no tiene experiencia política y se le desconoce bagaje profesional previo, recibió la bendición de su padre para convertirse en jefe del Cuerpo de Inspectores Especiales de la Presidencia.
Por su parte, otro beneficiado tras la asunción de Maduro en el poder fue su hijastro, Walter Gavidia Flores, quien ocupa un lugar en el Poder Judicial como juez titular, con apenas 27 años.
De acuerdo con denuncias pronunciadas por la oposición, la ahora primera dama venezolana, Cilia Flores, habría favorecido a gran parte de su familia durante su paso por la Procuraduría del Estado.
Entre ellos aparecen: sus hermanos Franquie, Guisón, Hermes y Vladimir; los sobrinos Erike Albornoz e Irving Molina; sus primos Marvella Gavidia y Juan Flores; su nuera Magalí Gutiérrez y su ex esposo Walter Gavidia.
Algunos datos arrojan que la pareja presidencial designó a allegados, entre familiares y allegados, en 42 cargos en el Parlamento venezolano.