"Tomando en consideración tres principios: primero, la igualdad ante la ley. Segundo, la seguridad de los internos, y tercero, el normal y más eficiente funcionamiento de Gendarmería, he tomado la decisión de cerrar el centro Penitenciario Cordillera y trasladar a los internos que están en ese centro, y que son diez personas, al centro Penitenciario de Punta Peuco", afirmó Sebastián Piñera en una comunicación hecha desde Nueva York, donde se encuentra para asistir a la Asamblea de la ONU.
"De esta forma, estamos satisfaciendo esos tres principios, que son principios que deben regir en todos los actos y todas las acciones del gobierno. Gendarmería, en el momento oportuno, va a realizar los traslados que corresponden", agregó.
Con esta decisión, el mandatario busca acallar las críticas desatadas el pasado 23 de septiembre, cuando María Loreto Gutiérrez, fiscal judicial de la Corte de Apelaciones, efectuó una inspección en el reclusorio y plasmó en un informe las extraordinarias condiciones en las que vivían los militares. A diferencia de los presos comunes, duermen en cinco cabañas -para sólo diez personas-, que están plenamente equipadas y cuentan con todas las comodidades de una casa de familia.
Michelle Bachelet, la principal candidata a ganar las elecciones, no dejó pasar la oportunidad de cuestionar la existencia del penal. "Creo que efectivamente ya no se justifica", afirmó.
Pero hasta la propia candidata oficialista, Evelyn Matthei, criticó duramente estos privilegios. "Hemos visto todos con shock cómo hacen asados en algunos penales, mientras en otros la gente no cabe. Una cárcel es una cárcel, debieran tener todas las mismas normas, los mismos estándares", apuntó.