Para recuperar el autoabastecimiento de energía hay que invertir u$s150.000 millones

Los especialistas reunidos en la Convención Anual del IAEF remarcaron su preocupación por la escasez de energía. Dicen que faltante este año llegará a $16.000 millones y que el plan de inversiones de YPF apunta a un objetivo de mínima 

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Enviado especial a San Carlos de Bariloche

Se trata de un objetivo posible, pero en el largo plazo. Se requiere cambiar las instituciones, reducir el riesgo país, regularizar la situación de la deuda pública con acreedores, el CIADI y aceptar la revisión de las cuentas públicas por parte de organismos internacionales. Significa invertir 3% del PBI actual durante los próximos 10 años en hidroelectricidad, nuclear y eólica.


-¿Cómo ve la marcha del plan de inversión de YPF en energías no convencionales?, le preguntó Infobae a Alieto Guadagni

YPF planteó dos objetivos, uno de máxima de u$s37.000 millones y otro de mínima de u$s12.000 millones. Claramente está abocado a cumplir con éste último.


-¿El déficit energético se proyecta en u$s14.000 millones para 2013?

No, en u$s16.000 millones, hay un exagerado consumo en el transporte automotor, está creciendo la demanda más de 7% por año, y eso requiere crecientes importaciones.


De esa forma respondió el ex ministro y secretario de Estado Alieto Guadagni al desafío que planteó el presidente del IAEF, Guillermo Rimoldi, en la apertura de la 34° Conveción Anual, cuando invitó a que "los argentinos trabajemos en búsqueda del desafío de lograr que nuestro futuro no sea incierto, para lo cual se debe lograr que el país alcance un estadio de desarrollo".


De ahí que no sorprendió a los casi 200 ejecutivos de finanzas que se dieron cita en Bariloche que el primer panel de análisis se haya reservado al tema energético, no ya con la miopía de concentrarse en la Argentina, sino de tomar como punto de partida lo que ocurre en el mundo y hacia dónde se va hacia 2035.


Agustín Castaño, director de Energy Talen, planteó las visiones globales, para saber a dónde tenemos que apuntar en el sector de energía con una perspectiva global, según las instituciones internacionales, para lograr la eficiencia energética.


"Aún los combustibles fósiles mantienen una posición dominante, aún con sus críticas, el resurgimiento de la producción de gas y petróleo en los EEUU, la mayor presencia del crudo de Irak –llegará a ser el segundo productor mundial hacia 2030–, la globalización de los mercados de gas natural, expansión del gas no convencional, el carbón seguirá dando pelea en China –cubrió la mitad del crecimiento mundial de la demanda energética, en la Argentina no se le presta atención en el mundo, en especial por parte de China e India–, el retiro de la energía nuclear, el crecimiento de los recursos renovables, el sector de energía como consumidor de agua, continuidad de distintos tipos de subsidios", indicó.


Y en todos los casos observó que "se enfrenta el desafío de atender la creciente demanda energética por la combinación de aumento de la población y la renta. También se requiere garantizar el acceso a los sectores de menores recursos y el tercero, contradictorio con los anteriores, que la energía no afecte el deterioro del cambio climático".


Más consumos y menos reservas

Curiosamente el experto Guadagni destacó el escenario que había trazado en 2007, el cual en todos sus defectos se cumplió en 2013, porque "la Argentina ha evaporado sus capacidades energéticas, las cuales son inferiores a las de 1990, porque en 128 meses cayó en forma consecutiva la producción de petróleo y gas, lo que revela que la caída es un fenómeno estructural, porque bajaron las reservas".


Ese escenario "explica el cepo cambiario, porque la energía se está comiendo el saldo comercial, de un superávit de u$s3.500 millones pasó a un déficit de u$s6.500 millones, con lo que se evaporaron u$s10.000 millones", enfatizó Guadagni.


"Nos comimos el equivalente a 500 millones de cabezas de ganado", graficó. "Eso ocurre porque el Gobierno entendió mal a Raúl Prebisch, porque él hablaba de sustituir importaciones, no de sustituir producción nacional", dijo.


"A este escenario se llega por la distorsión de los subsidios, porque mientras los sociales se elevaron tres veces en siete años, los económicos se multiplicaron por 30 y representan tres veces los primeros, lo cual impide contar excedentes para invertir en infraestructura". "Corregir este desequilibrio, en un contexto de alta inflación, va a ser mucho más traumático que el Rodrigazo", concluyó Guadagni .

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