Con el esquisto, EEUU sueña con la independencia energética

El boom del gas y el petróleo de esa roca provocó una verdadera revolución industrial en Estados Unidos y le permite incluso soñar con la independencia energética al primer consumidor mundial de crudo

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"La revolución del esquisto es real y transforma nuestra industria", afirma Charles Ebinger, experto del centro de investigación Brookings Institute.

El fuerte interés en esta roca se debió inicialmente a la facilidad para la producción del gas de esquisto. El éxito acabó por provocar un hundimiento de los precios gasíferos, de manera que, en la actualidad, el boom energético se ha refocalizado en el petróleo.

La producción de petróleo de esquisto totalizó cerca de los dos millones de barriles por día el año pasado, lo que hizo aumentar la producción petrolera total de Estados Unidos a 6,4 millones de barriles por día, un alza del 32% en cinco años y una cifra récord en 15 años.

Los beneficios se sienten a nivel local en las ciudades de Pensilvania, que reviven actualmente tras haber sufrido la reciente crisis inmobiliaria.

Además han nacido otras ciudades en medio de la nada en Dakota del Norte, donde se han instalado miles de trabajadores.

Tomando en cuenta todo el país, un estudio de la firma de investigación IHS publicado este mes estima que en 2012 el auge de los petróleos no convencionales ha creado cerca de medio millón de empleos directos. Y esta cifra sube a 2,1 millones si se incluyen los empleos indirectos (construcción, hoteles, servicios, repercusiones en la industria química, transporte carretero y por tren, etc.).

Según IHS, los hidrocarburos no convencionales generaron, el año pasado, un volumen de negocios de 283.000 millones de dólares, que representaron, a su vez, una recaudación fiscal de US$ 75.000 millones. Se espera un aumento de estas cifras del 50% para 2020.

El boom del esquisto y la consecuente caída de los precios gasíferos ayudaron a la industria estadounidense a ganar competitividad, en particular en el terreno de las industrias petroquímicas, el acero y el cemento.

"Podemos convertirnos en un país con precios bajos de muchos bienes cuya producción ha sido desplazada hacia el extranjero", insiste Ebinger.

Además, Estados Unidos, cuyas importaciones de energía evolucionan hacia la baja, considera ahora, de manera realista, la posibilidad de convertirse en un país autosuficiente en materia de energía.

Esto significaría suprimir importaciones "que han costado 400.000 millones de dólares por año", recuerda Ebinger.

 

¿Primer productor mundial de petróleo?

 

La Agencia Internacional de Energía (AIE), que representa los intereses energéticos de los países miembros de la OCDE, prevé que Estados Unidos se convierta en el primer productor mundial de petróleo en cuatro años -superando a Araba Saudita y a Rusia-, y que alcance la independencia energética para el año 2030.

Raoul Leblanc, experto de la firma especializada PFC Energy, es menos categórico. "La producción de petróleo de esquisto no se acelera en Estados Unidos" y, más que una verdadera independencia, el país está en camino de "reducir su dependencia energética".

Señala, sin embargo, que las posibilidades de lograr este objetivo aumentaron con las cotizaciones del petróleo, ya que "los precios altos hacen caer la demanda".

De hecho, esta demanda ya transita por una pendiente descendiente: "Las personas conducen menos que antes y con coches que consumen menos combustible", principalmente a causa de las nuevas normas sobre emisiones de CO2 promulgadas por el presidente Barack Obama, argumenta Leblanc.

A estas disposiciones se agregan otras normas industriales vinculadas principalmente a la refrigeración, recuerda Ebinger.

Sea o no autosuficiente en materia energética, el país no perderá su interés en Medio Oriente. Estados Unidos "continuará preocupándose por la seguridad de los abastecimientos en el mundo porque se trata de un mercado internacional", dice en este sentido Ebinger.

"Cuando la producción y el transporte de crudo se ven perturbados en el otro extremo del mundo, los precios suben en todas partes, incluso en Estados Unidos", argumenta.

El experto subraya, asimismo, que uno de los obstáculos hacia la independencia energética estadounidense es la actual red de oleoductos y gasoductos, insuficiente para transportar el gas y el petróleo de esquisto a sus usuarios.

Mientras tanto, el éxito del esquisto ha dado pie al nacimiento de otro boom en Estados Unidos, el del transporte de hidrocarburos en camiones o ferrocarriles.

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