Ayer, hacia las 19:30, 120 padres de los alumnos que realizan la toma, llevaron adelante una suerte de asamblea en la que escucharon los argumentos de sus hijos para llevar adelante la toma. Con una abrumadora mayoría de 119 votos contra 1, decidieron apoyar la medida de fuerza, que ya cumple más de una semana.
En diálogo con Infobae, Gustavo Bazzan, el único de los padres que votó en contra, dijo que eran más o menos 120 padres. "Yo fui el único que se pronunció explícitamente para pedirles que levantaran la toma del colegio", dijo. "El resto cada uno a su turno dijo que la decisión era de los chicos pero tácita o explícitamente apoyaban lo que estaban haciendo", añadió.
Contó que después pidió una moción para que los padres sugirieran levantar la toma. "Pero perdí". "Decían que la decisión es de los alumnos. A algunos les parecía un poco exagerado, pero que si así lo habían decidido en votación, estaba bien y que no tenían nada que decir ellos", relató.
Bazzan explicó que algunos de los padres dijeron que "por ahí había que ver cómo se llevan adelante las protestas, los riesgos que se corren, pero la mayoría eran complacientes con lo que estaban haciendo en el colegio. También fueron muy críticos de la actitud del rector del colegio, Gustavo Zorzoli".
El principal argumento esgrimido por el único que se manifestó abiertamente en contra es que "la toma no es algo que se deba a someter a votación". "Es ilegal desde mi punto de vista porque se aparta de los reglamentos de convivencia del colegio. Hay que cumplir determinados pasos para llegar a esa instancia", sostuvo.
Asimismo, le aclaró al resto de los padres: "En un sistema constitucional las leyes se votan y si se aprueban las tenés que respetar y combatirlas desde la normativa legal y no impidiendo que 1.500 alumnos reciban clase". Por lo pronto, las tomas se mantendrán y tal como lo contó Bazzan, "llevarán adelante una asamblea todos los días a las 15, para decidir si mantienen la toma", pese a que la reforma del Consejo Federal no les atañe directamente a ellos.
"En un principio no los afecta porque es un colegio que depende de la Universidad de Buenos Aires y están al margen del conflicto, pero se discute que a la larga estarán incluidos" en la ley que modifica los planes de estudios y reduce las orientaciones.
En su blog, Bazzan, quien se desempeña como periodista en un matutino porteño, relató el momento final y su desazón, luego de intentar convencer a los alumnos de que la toma no es la mejor salida para el conflicto:
"Yo pasé del entusiasmo a la bronca, a la amargura, a la resignación. Me acordé del esfuerzo terrible que hizo mi hijo para ingresar al colegio. Finalmente escuchaba con fascinación. Era navegar por un mundo ajeno. Era la etapa de consumo irónico, tal vez. Al final, volví a pedir el micrófono, dispuesto a poner la otra mejilla, como quien dice. Me sorprendió que se hiciera silencio. Se ve que ellos también estaban fascinados con el freak que tenían adelante. Pedí que se votara una moción: que los padres recomendaban levantar la toma. Volví a perder por unanimidad menos uno. Otra vez. Yo contra todos. Eran las 10:15. Me fui solo, silbando bajito. Los pibes de Belgrano y Bolívar revolvían los tachos".