"Estoy dispuesta a arriesgarme para salvar el Ártico", decía la activista argentina detenida en Rusia

Camila Speziale, de 21 años, forma parte de la tripulación del barco de Greenpeace retenido en aguas rusas. En un video explicó por qué se unió a la organización. "Sabemos los riesgos que corre", dijo su madre

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Camila Speziale, de 21 años, forma parte de la tripulación del barco de Greenpeace retenido en aguas rusas. En un video explicó por qué se unió a la organización. "Sabemos los riesgos que corre", dijo su madre
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Camila es activista de Greenpeace desde hace cuatro años. Su nombre captó la atención pública hace dos días, cuando el barco en el que se encontraba junto a casi 30 compañeros fue interceptado por fuerzas de seguridad rusas en el Ártico. La nave era ahora trasladada a tierra y tocaría puerto el lunes en Múrmansk. Allí la tripulación enfrentaría posibles acusaciones de piratería por protestar contra la explotación petrolífera.

En un video que se conoció en las últimas horas, la joven explicó las razones por las que se inscribió en esa ONG. "Me uní porque sentía que tenía que hacer algo por el medio ambiente, que creo que la humanidad lo estuvo desgastando".

"Para mi ser activista significa poner el cuerpo por lo que estoy haciendo, sentir que estoy tomando el camino correcto y que estoy moviéndome para poner mi granito de arena", indicó en la grabación, previa al viaje.

Camila señaló que recibió entrenamientos "para poder funcionar" en las acciones que lleva adelante, y precisa que se especializó en escalada.

En cuanto a la campaña que la convocó en esta oportunidad, se declaró "indignada" con las empresas petroleras que intentan acceder al Ártico "con el fin de llenarse los bolsillos". Enfatizó que se trata de una de "las últimas regiones vírgenes que tenemos en el planeta" y dijo estar dispuesta a arriesgarse para evitarlo.

"En ningún momento tuve miedo porque sé que la organización nos cuida y que la seguridad es lo primordial", afirmó.

Orgullosos, los padres de la joven siguen con atención en satélite cada movimiento del barco interceptado. "Espero que en estos días la dejen mandar un mensaje para saber cómo está", dijo al diario Perfil su madre, Paula Buscarioli.

Pese a su preocupación, la mujer confía en el trabajo de la entidad. "Sabemos los riesgos que corre cuando está en una acción de Greenpeace, pero la apoyamos porque lo que hace nos llena de orgullo", dijo.

La ONG, confiada

Mijaíl Kreindlin, empleado de la oficina moscovita de Greenpeace, calificó de ridículos los cargos de piratería y realización de estudios científicos ilegales que podría afrontar la tripulación del "Arctic Sunrise", algo a lo que apuntan el Servicio Federal de Seguridad (FSB por sus siglas en ruso, el antiguo KGB) y el Comité de Instrucción ruso.

"Conforme al artículo 227 del Código Penal ruso, la piratería es un asalto con el uso de la fuerza, lo que no fue el caso", dijo en referencia al intento de los activistas de atarse a la plataforma Prirazlómnaya de la empresa Gazprom en protesta contra la extracción petrolífera en la instalación.

En el mismo sentido se han manifestado los abogados de la ONG y la empresa jurídica "Sokolov, Máslov y Socios", que catalogaron de violación del derecho la detención de los activistas. Según un análisis jurídico realizado por dichos especialistas, no hay motivo para acusaciones formales dado que el rompehielos no ha cruzado la llamada "zona de seguridad" alrededor de la plataforma ni tampoco hay pruebas de que los equipos hallados por la patrulla rusa en el barco se hayan utilizado para estudios científicos.

Mientras, al menos 200.000 personas han firmado en internet una petición de Greenpeace para liberar a los  activistas, según Favórskaya, que añadió que en un total de 35 países se convocan piquetes de protesta frente a las embajadas rusas.

Gazprom planea comenzar la producción de petróleo en esa plataforma en el primer trimestre de 2014, lo que, según la ONG, aumenta el riesgo de que se produzca un derrame de petróleo en un área que contiene tres reservas naturales protegidas por la propia legislación rusa.


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