Rousseff se reunió con el coordinador del Comité Gestor para la Internet en Brasil (CGI), Virgilio Almeida, encargado de anunciar la medida.
"Los centros de datos están en varios lugares del mundo. No queremos que todos se establezcan en Brasil, pero sí que tengamos centros de almacenamiento de datos aquí", dijo Almeida a la prensa.
"Naturalmente que eso puede ocurrir con incentivos fiscales, políticas de compra, pero ese es un asunto que el gobierno quiere fijar en el país", agregó.
Almeida explicó que uno de los argumentos para ello es que Brasil, con sus 200 millones de habitantes, es uno de los principales mercados de tecnologías de la información y de redes sociales.
La decisión surge en respuesta a las acusaciones de espionaje sobre distintos países, pero la medida no lograría sin embargo frenar operaciones de ese tipo en el futuro.