Ocho víctimas fallecieron a causa de las inundaciones en el estado de Colorado (oeste de EEUU) y se desconoce el paradero de más de 600 personas, dijeron funcionarios este lunes.
Los helicópteros reiniciaron sus labores de rescate el lunes gracias a que se aclaró el cielo después de varios días de lluvias torrenciales, que destruyeron más de 1.500 hogares y dañaron unos 17.000.
Funcionarios de agencias estatales y federales trabajan para localizar a los cientos de residentes desplazados por las inundaciones en el condado de Boulder, al norte de la capital estatal, Denver.
El domingo, la lluvia impidió que los helicópteros despegaran durante todo el día y los rescatistas estimaban que faltaba por localizar a unas 1.200 personas en todo el estado. Para el lunes, la cifra se había reducido a 658 personas.
"Esperamos sacar ventaja del buen clima y completar las operaciones de rescate", dijo la vocera Micki Trost, del Departamento de Seguridad Nacional y Gestión de Emergencias de Colorado, al diario local Denver Post.
Tres personas fallecieron en el condado de Boulder, pero a nivel del estado la cifra de muertos se saldó en siete, dijo el vocero de la oficina de emergencias de la ciudad, Nick Grossman, a la AFP.
La lluvia, que comenzó a caer sobre el oeste del estado a principios de la semana pasada, golpeó en particular el condado de Boulder, donde cayeron 18,3 cm de agua en cerca de 15 horas a partir del miércoles por la noche.
Muchos de los desaparecidos podrían estar teniendo simplemente dificultades para reportar su ubicación, pero el gobernador John Hickenlooper advirtió que la cifra de muertos puede incrementarse.
El presidente Barack Obama declaró
en Colorado y ordenó el despliegue de ayuda federal para socorrer al estado.