Las ejecuciones se produjeron entre el 2 y el 3 de mayo en la provincia costera de Tartus, según confirmó HRW en un informe que exige que la Corte Penal Internacional (CPI) investigue el caso.
HRW pide que el gobierno del presidente Bashar Al Assad sea considerado único responsable de los hechos, calificados de "masacre". Según la ONG, el balance de víctimas es probablemente mucho más elevado.
El informe "No One's Left: Summary Executions by Syrian Forces in al-Bayda and Baniyas" ("No queda nadie: ejecuciones sumarias por las fuerzas sirias en al-Bayda y Baniyas"), de 68 páginas, se basa en entrevistas con 15 residentes de Al Bayda y cinco residentes de Baniyas.
En mayo pasado, la cadena BBC difundió las versiones opositoras de la matanza, pero sin tener acceso a las pruebas documentadas que ahora ha recopilado HRW.
El informe coincide, además, con las negociaciones entre Rusia y los Estados Unidos sobre un plan para poner bajo control internacional el armamento químico de Siria tras el ataque con gas tóxico del 21 de agosto, que mató a centenares de civiles; entre ellos, muchos niños.
"A pesar de que la atención del mundo está focalizada en evitar que el Gobierno use armas químicas contra la población, no hay que olvidar que las fuerzas gubernamentales sirias usan armas convencionales para matar a civiles", dijo Joe Stork, director de HRW para Medio Oriente.
Los dos pueblos son de mayoría sunita en una zona principalmente alauita, la comunidad religiosa a la que pertenece el presidente.
"Los supervivientes nos contaron historias terribles sobre cómo sus familiares que no llevaban armas murieron ante sus ojos a manos de las fuerzas progubernamentales", dijo Stork.
Una testigo de Al Bayda describió a la organización cómo los soldados del Gobierno entraron en su casa, se llevaron a su esposo, sus tres hermanos y un vecino al apartamento contiguo y los ejecutaron.
"De repente, escuchamos disparos. Me puse a gritarle a mi suegro: 'Se han llevado a los hombres, Abu Muhammad, los hombres'. Corrí a la ventana y vi a unos 20 soldados salir del apartamento de al lado. En cuanto se fueron, salimos de la habitación en la que nos habían dejado y corrimos hacia el apartamento al que se habían llevado a los hombres. Primero vi el cuerpo de mi esposo en la entrada. Después vi el cuerpo de Said en el pasillo. Los otros tres estaban en un cuarto, apilados uno sobre otro. Cada uno de ellos tenía tres impactos de bala", contó la testigo.
Según la ONG, la mayoría de las víctimas fueron ejecutadas tras los enfrentamientos entre rebeldes y fuerzas gubernamentales. Tanto soldados como milicias favorables al régimen, las llamadas Fuerzas de Seguridad Nacional, participaron en las ejecuciones.
En Al Bayda, "durante tres horas, las tropas entraron en las casas, separaron a los hombres de las mujeres, cercaron a los hombres de cada barrio en un lugar y los ejecutaron con disparos a corta distancia", dice el informe.
Human Rights Watch también documentó la ejecución de al menos 23 mujeres y 14 niños; entre ellos, bebés. En muchos casos, las fuerzas progubernamentales quemaron los cuerpos.
En un incidente especialmente tétrico, apilaron al menos 25 cuerpos en una tienda de teléfonos móviles en la plaza del pueblo y los prendieron fuego, según las versiones de los testigos y las evidencias en video analizadas por Human Rights Watch.
Las fuerzas gubernamentales y progubernamentales también incendiaron y saquearon casas, de acuerdo con declaraciones de una serie de testigos e imágenes de video filmadas probablemente por miembros de las fuerzas progubernamentales y que alguien publicó en YouTube.
El video muestra las columnas de humo que salían de la ciudad de Bayda el 3 de mayo de 2013, tras una incursión de las fuerzas del régimen de Al Assad
En Bayda fueron ejecutados 26 miembros de una misma familia (nueve hombres, tres mujeres y 14 niños). Las víctimas se encontraban en sus casas el 2 de mayo -al menos nueve hombres, tres mujeres y 14 niños- a excepción de una niña de tres años que, según dijeron, sobrevivió a tres heridas de bala.
Una de las personas que encontró los cuerpos de la familia Bayasi describió a HRW cómo los hallaron:
"Estaba ocupado ayudando a los residentes a salir del municipio cuando el novio de una de las Bayasi me pidió que lo acompañara para ver cómo estaba su novia. Fuimos a la casa de Mustafa Ali Bayasi. Entramos. No vimos a nadie en la primera habitación. Cuando nos adentramos en la casa, llegamos a una habitación en la que encontramos numerosos cadáveres. Madres y niños apilados uno sobre otros. Una madre todavía estaba protegiendo a su hijo. Pensé que podría haber sobrevivido, pero cuando la di la vuelta, vi que también le habían disparado. También mataron a la novia de mi amigo. Cerramos las ventanas de la casa porque no queríamos que entrara ningún animal salvaje".
HRW pidió a la ONU que presente el caso ante la CPI y pide la colaboración de Damasco para llevar a cabo una investigación internacional.
"El Consejo de Seguridad tiene la posibilidad de evitar futuras masacres -cometidas no solamente con armas químicas, sino por todos los medios y por todas las partes- presentando el caso a la CPI", dijo Joe Stork.
Según cifras de la ONU, el conflicto en Siria ha dejado más de 110.00 víctimas desde que empezó hace dos años y medio.