Tras la jornada de ayuno por la paz en Siria que protagonizó el sábado, el papa Francisco encabezó el Ángelus de cada domingo ante una colmada plaza en el Vaticano. Allí, el Sumo Pontífice pidió el cese de los conflictos bélicos para sólo hacer "la guerra contra el mal".
"¿Para qué sirve hacer tantas guerras si no somos capaces de dar la guerra contra el mal?", se preguntó el Sumo Pontífice ante una multitud. En ese sentido, explicó que la "guerra contra el mal significa (decir) no a la violencia y no al comercio de armas".
En línea con su pedido, Francisco pidió por la paz en el mundo, "pero sobre todo en Líbano, Iraq y Egipto". "Los invito a seguir rezando para que cese la violencia y la devastación en Siria", convocó luego. También llamó a un "proceso de paz entre Israel y Palestina".
"Digan no al odio fratricida", reclamó el Papa ante las miles de personas que se acercaron a la plaza San Pedro a oír sus palabras.
Ayer, el argentino Jorge Bergoglio encabezó la "Jornada de ayuno y oración por la paz en Siria, en Medio Oriente y en el mundo" y emprendió una verdadera cruzada por evitar un agravamiento de la violencia en esa región del planeta.
En su reflexión, Francisco reclamó por la paz en la Plaza San Pedro en y afirmó que la "violencia y la guerra sólo conllevan muerte y tienen el lenguaje de la muerte". "La guerra no es el camino para la paz", agregó.
"Seguimos alzando la mano contra quien es nuestro hermano. Nos dejamos guiar por los ídolos y nuestros intereses. Mientras perfeccionamos nuestras armas, nuestra conciencia se adormeció e hicimos sofisticados razonamientos para justificarnos como si fuera algo normal, y seguimos sembrando dolor y muerte", dijo durante su omilía. "O hay armonía o hay caos", sostuvo el Sumo Pontífice.
"En este punto me pregunto, ¿es posible recorrer el camino de la paz? ¿Podremos salir de esta espiral de dolor y muerte? Sí, es posible para todos", resaltó Francisco. "La guerra siempre es una derrota para la humanidad", finalizó.