En los 80, una serie de televisión presentaba a Kitt, el auto fantástico. El éxito de esa ficción residía en un sueño de miles de conductores en el mundo, que el automóvil nos traslade con conducción automática.
La industria automotriz, a lo largo de su historia presentó innovaciones que permitieron convertir la conducción en una experiencia más placentera. La dirección asistida, computadoras de a bordo que dan información, comandos de voz, controles de velocidad crucero, asistencia de estacionamiento, sensores de sueño, entre otras.
En los últimos años se desarrollaron los vehículos que aparcan solos; esa es una de las nuevas propuestas de la empresa Ford para sus modelos Focus y Kuga.
Google fue el pionero, quien en 2012 mostró en acción su Driveless, desarrollado por Sebastian Thrun, líder del equipo que desarrolló Street View, el servicio que fotografía las calles para visualizarlo a través de Google Maps.
Google desarrolló el software y la tecnología que puede aplicarse sobre cualquier vehículo. En EEUU han utilizado el Toyota Prius y el Audi TT, y en los últimos meses se pudo ver un Fiat Cincuecento. Google es una compañía que trabaja sobre el desarrollo tecnológico para integrarlo a los vehículos. El fundador de PayPal, Elon Musk, propietario de Tesla Motors, le propuso a Google trabajar en un vehículo 100% eléctrico, con cero emisiones y con inteligencia artificial para que circule sin conductor.
Otras empresas también exploran este desarrollo; la japonesa Nissan aseguró días atrás que en 2020 tendrá un modelo de serie sin conductor.
En Reino Unido, el Consejo de Investigación de Ciencias de Ingeniería y Física del gobierno está financiando la investigación que lideran el Prof. Paul Newman y el Dr. Ingmar Posner en la Universidad de Oxford, donde se desarrolla un proyecto denominado Robot Car UK, que pretende construir un "sistema de bajo costo" para autos sin conductor. Para las pruebas, Nissan también financia el proyecto y ha cedido su modelo Leaf.
¿Qué diferencia existe entre cada proyecto?
Google: El proyecto de Google cuenta con el respaldo de varias empresas automotrices, como GM, Audi, Toyota, Volvo, Ford y Mercedes Benz. El sistema es un software que se instala en el vehículo, que como se puede observar en fotos y videos, se adicionan elementos externos a la carrocería.
La cámara instalada en la parte superior es de alta definición, 3D y cubre 360 grados. El vehículo está dotado de sensores en los paragolpes (centro y lateralaes) y parabrisas.
Cuenta con radares frontales y trasero, que son los que permiten que el vehículo se dirija en una dirección específica y hacia un destino concreto.
Una cámara delantera detecta luces de frente y objetos, así como la señal de stop del vehículo que esté adelante.
Sensores en las ruedas permiten detectar el estado de los neumáticos, pero sobre todo el movimiento de la rueda y el chasis, para identificar distinto tipo de superficie.
Nissan: El vicepresidente ejecutivo de la empresa, Andy Palmer, aseguró que "vamos a ser capaces de llevar múltiples modelos, totalmente autónomos y accesibles para 2020". El vehículo de pruebas cuenta con un software de control de velocidad crucero adaptativo, dirección electrónica y controles automáticos del acelerador.
Las cámaras y sensores están totalmente integrados a la carrocería, por ejemplo, la cámara lateral está en la puerta trasera, cubierta por un protector negro. Lo mismo ocurre en los paragolpes.
Los sensores cuentan con tecnología láser para garantizar la seguridad de frenado del vehículo ante un obstáculo.
La diferencia con el proyecto de Google es que el software no se ejecuta sobre Internet, sino que será un programa específico.
Nissan reconoce que está desarrollando su modelo propio, pero está dispuesto a trabajar con Google.
Robot Car UK: El proyecto inglés parte de una concepción similar al que desarrolla Google, pero el gran objetivo de los investigadores es conseguir una tecnología que pueda ser barata para el usuario.
Los desarrolladores construyeron el dispositivo con cámaras adquiridas en eBay, un iPad y un software, con lo que la inversión para el Robot Car UK es de unos u$s7.800, mientras que el equipamiento del vehículo de Google cuesta u$s156.000.
El profesor Newman destaca que el proyecto es diferente al de Google, y que los avances de la compañía norteamericana son muy superiores.
Según Jamie Merrill, periodista de The Independent que probó el vehículo, este proyecto no pretende resolver la ausencia de un conductor, sino simplemente asistir a la persona para mejorar la experiencia y poder accionar los sistemas de seguridad.
La primera vez, el vehículo necesita recorrer con conducción manual una ruta que se aprende y luego puede repetir.
¿Tendremos automóviles que se conduzcan solos?
Es muy probable, pero hasta ahora, las pruebas evidencian que el vehículo puede tomar algunas decisiones y reaccionar ante obstáculos que se interponen, pero por el momento, las ciudades congestionadas no parecen ser los mejores lugares para estos automóviles.
La tecnología mejora los índices de siniestralidad. Datos oficiales de EEUU confirman de los 6 millones de accidentes al año que se producen en EEUU, el 93% están atribuidos a errores humanos. Es de esperar que con estos modelos, los choques e imprudencias se reduzcan considerablemente.