Adel El Zabayar, diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela, saltó a las noticias días atrás por su decisión de abandonar Caracas e instalarse en Siria para auxiliar a las tropas de Bashar Al Assad, mientras Estados Unidos debate una acción militar para sancionar el supuesto uso de armas químicas contra la población civil. Desde su hogar en Swedya, cerca de la frontera con Jordania y a 90 kilómetros de la ciudad de Damasco, El Zabayar conversó con Infobae acerca de su decisión y brindó su punto de vista sobre el conflicto sirio.
"Tengo familia en Siria y fui por la salud de mi mamá. Era un viaje rápido, pero estando allí decidí quedarme. Envié una carta al Parlamento para pedir la prórroga de mi presencia en el país. El Gobierno y la Asamblea me dieron su apoyo en un rueda de prensa", cuenta El Zabayar, quien también es presidente de la Federación Árabe en Venezuela.
El diputado chavista defiende al régimen de Al Assad. Relata que el miércoles pasado se reunió con el presidente del Parlamento sirio, Jihad Al Laham. "Fui a Damasco a llevarle el mensaje de la Asamblea Nacional y del presidente Nicolás Maduro sobre la solidaridad de Venezuela con el gobierno de Siria".
Instalado allí, El Zabayar se unió a las "brigadas de resistencia", adonde se incorporan "campesinos, trabajadores y estudiantes que creen que pueden aportar para proteger" al país y apoyar al Ejército. Y, pese a la información de enfrentamientos sangrientos, el legislador elogia a la Fuerza Armada siria porque es "muy profesional y muy preparada, que cuida detalles como el respeto a los derechos humanos".
Por otro lado, el venezolano niega que en Siria se viva en un clima de temor, a pesar de los enfrentamientos y la posibilidad de una intervención militar. "Aquí todo el mundo sigue haciendo lo que tiene que hacer. El campesino está en su campo; el estudiante espera el inicio de clases. Todo está funcionando. Hay comunicación, comida y hospitales. A ningún niño le falta su pupitre", asegura.
Su relato es distinto al reportado día a día, con bombardeos y civiles muertos que se cuentan de a centenares, escuelas destruidas, hospitales abarrotados, familias desplazadas, y niños refugiados en países limítrofes que son obligados a regresar para pelear o sometidos a abusos sexuales.
Con respecto a la eventual acción militar de los Estados Unidos, El Zabayar se muestra desafiante y afirma que no tiene miedo de perder la vida en combate. "Estamos con todo el ánimo. Me siento honrado de poder estar acá con el pueblo sirio", indica.
Agrega que está convencido de que fueron los rebeldes –a los que califica de mercenarios y terroristas- quienes usaron armas químicas el pasado 21 de agosto, y cita un informe de Carla del Ponte, observadora de la ONU, que responsabiliza a la oposición por un supuesto ataque de marzo pasado.
En ese sentido, argumenta que Al Assad reforzó su popularidad durante el conflicto, que ya lleva dos años y medio sin solución y que comenzó con protestas para un cambio de régimen. También sugiere que no hay más divisiones al interior del pueblo, sino unión porque "a la verdadera oposición le duele lo que está pasando en Siria". "Esto se plantea en términos de patria. Los que dicen ser opositores y piden la intervención son mercenarios", alega.
En coincidencia con las declaraciones de Al Assad al periódico Le Figaro, quien dijo que Medio Oriente era un polvorín, El Zabayar señala que una acción militar prenderá fuego la región, y "no se sabrá cuándo se podrá apagar". "Todos los aliados de Siria van a actuar. Siria no es un país que está solo, como Irak o Libia. Tiene convenios estratégicos con China e Irán, de defensa mutua con Rusia. La guerra es contra estos países", pronostica.
Por último, El Zabayar no desmiente las cifras brindadas por las Naciones Unidas, que dan cuenta de más de 100 mil muertos por la guerra civil y más de 2 millones de refugiados, pero justifica: "La mayoría de los muertos eran terroristas".