y un octavo fabricado por una compañía inglesa,
recorrido que se hará de noche y fuera de los horarios de servicio.
Los ocho coches elegidos para restaurar forman parte de los 15 declarados Patrimonio Cultural de la Ciudad por las leyes 2.796 y 3.929 ya que el resto están protegidos por un amparo . Y si bien el Gobierno porteño al sacarlos de circulación había presentado diversos proyectos como, por ejemplo, convertirlos en bibliotecas rodantes para plazas y parques, este es el primero que comienza tomar forma.
La recuperación de estos vagones incluye la limpieza y restauración de la carrocería, la decoración, la boiserie, los enlozados, los solados, los cielorrasos, las luminarias, las carpinterías de madera, los herrajes y todo el equipamiento interior y exterior. También se repararán todos los mecanismos para que puedan volver a rodar, repartidos en dos formaciones.
Los coches fueron modificados muchas veces a lo largo de los años. Originalmente, fueron concebidos para ser usados como tranvías y como subtes: entre 1915 y 1926, el tren salía a la superficie en Primera Junta y seguía viaje hasta Floresta. Por eso los vagones tenían cuatro puertas de cada lado. Dos eran corredizas y quedaban al nivel de los andenes subterráneos. Y dos eran plegadizas y estaban en los extremos, donde había plataformas con estribos que permitían el descenso a la calle según informa el diario Clarín.
Uno de los vagones que será restaurado es el número 2, que junto con otros tres fue construido por la United Electric Car Company de Preston, Inglaterra, y adquirido por la compañía Compañía de Tranvías Anglo Argentina para la Línea A del subte. Allí prestó servicio desde 1913 hasta 1977. Los otros siete coches forman parte de la flota construida entre 1911 y 1919 por la compañía La Brugeoise et Nicaise et Delcuve de la ciudad de Brujas, Bélgica.