Fueron 9 meses de negociaciones. En el medio hubo un histórico paro de 5 días, otro de 72 horas sobre algunas empresas, cuatro amenazas de medidas de fuerza y un aumento paritario decidido por la cartera laboral ante la falta de acuerdo que las empresas no acataron.
Luego de anunciar la firma de las paritarias en torno al 23% de aumento, tanto desde las cámaras empresarias como desde la Unión Tranviaria Automotor (UTA) manifestaron su preocupación por las finanzas del sector.
Fuentes de la Cámara Empresaria de Larga Distancia dijeron a Infobae que en las compañías hay "temor por lo que pueda pasar en el futuro inmediato". Explicaron que "el acuerdo alcanza los 265 millones de pesos sólo en concepto de retroactivo, más una suma de 53 millones de pesos mensuales a partir del mes de septiembre" y aseguraron que el sector no está en condiciones de afrontarlo.
Hace unos meses, en medio de la huelga general que paralizó el transporte de larga distancia en todo el país, el Gobierno anunció con bombos y platillos el pago de subsidios para que las empresas se puedan hacer cargo del aumento.
"Sin embargo, sólo se ha obtenido hasta la fecha una cifra menor de los 14 millones de pesos, que se distribuyeron asimétricamente entre todas las empresas del sector, lo que desmiente cualquier conjetura de que sea el Estado quien se hará cargo del aumento salarial", señalaron las fuentes.
En un comunicado, la Celadi enumeró tres causas que llevaron a la crisis del sector: la decisión del Gobierno de eliminar la asistencia económica al sector a comienzos de 2012, la "competencia desleal" de Aerolíneas Argentinas y el crecimiento del "transporte trucho".
Desde la UTA se mostraron "extenuados" después de las largas jornadas de negociación, pero manifestaron su "preocupación". "Hay un gran malestar general, porque la situación se hace muy difícil frente a la incertidumbre con la que convivimos por la delicada situación económica de los empresarios", advirtió en diálogo con Infobae el titular del gremio, Roberto Fernández.