Tras la visita, los observadores regresaron a su hotel en Damasco sin hacer declaraciones.
A pesar de las "circunstancias muy peligrosas" a las que se enfrentan, los expertos pudieron "visitar dos hospitales, entrevistaron a testigos, supervivientes y médicos y también recogieron muestras", dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, desde Seúl.
La misión se retrasó porque un francotirador disparó contra los seis vehículos de la caravana que se dirigía al suburbio de Ghouta, una decena de kilómetros al este de Damasco.
"El primer vehículo del equipo de investigación sobre armas químicas fue atacado deliberadamente varias veces por francotiradores no identificados", afirmó el vocero Martin Nesirky en un comunicado, que no reportó heridos.
"Como el vehículo ya no estaba en condiciones (de continuar), el equipo regresó a salvo" a la base, afirmó Nesirky y agregó que se "retornará a la zona tras reemplazar el vehículo". "Todas las partes deben cooperar para que el equipo pueda llevar a cabo su importante misión", concluyó Nesirky.
El régimen sirio, en tanto, acusó a los rebeldes de haber disparado contra los inspectores de la ONU. "Los miembros del equipo de las Naciones Unidas (...) recibieron disparos de grupos terroristas armados cuando entraban en la región de la Moadamiyat al Sham", indicó la televisión del Estado.
La misión, compuesta de una decena de inspectores y dirigida por el sueco Aake Sellstrom, llegó a Damasco el 18 de agosto para investigar denuncias de otros presuntos ataques.
Médicos Sin Fronteras (MSF) informó acerca de "3.600 pacientes con síntomas neurotóxicos" que llegaron el miércoles pasado a tres hospitales de la provincia de Damasco, de los cuales 355 perecieron, si bien la ONG no pudo "confirmar científicamente la causa de estos síntomas ni establecer la responsabilidad de este ataque".