La increíble historia de la gran revelación del torneo: Boyero

Con un pasado humilde juntando chatarra, debutó en Primera a los 33 años. Muy respetado en Instituto e ídolo en Blooming, llegó a recibir carne como premio a los goles marcados. Así montó un comedor para chicos carenciados. Martillero y Corredor Inmobiliario, también tiene el título de DT. CONOCÉ MÁS DEL JUGADOR DEL MOMENTO

Guardar

Hernán Boyero nació el 30 de diciembre de 1979 en Río Segundo, provincia de Córdoba. Sus inicios en el fútbol no fueron fáciles. De familia muy humilde, contó que cuando jugaba en Juventud Católica (Río Segundo), previo a su salto grande a Instituto, juntaba chatarra junto a su padre para poder subsistir. Además fue mago, vendedor ambulante (sandías, helado) y también armaba bicis y las vendía. Pero el fútbol le dio la posibilidad de estudiar y ser Martillero y Corredor Inmobiliario, además de entrenador recibido.

En Instituto es donde se ganaría el respeto de todos. Tuvo dos pasos (2002-2004/2006), en uno fue campeón y dejó muchos recuerdos de goles importantes, pero sobresalió por sus actos solidarios. Primero sorprendió cuando una carnicería le donaba dos kilos de falda por cada gol marcado. No paró de meterla, por eso su historia empezó a recorrer el barrió y enseguida se sumaron supermercados y almacenes. Un gran gesto del lungo fue dar todo esto, incluso el premio que cobraba del club, a un comedor para niños carenciados. "Llegamos a juntar 150 personas", admitió orgulloso.

      

Luego de permanecer dos años en Instituto, y de convivir con otros grandes delanteros como Martín Vilallonga, Diego Quintana y "Miliki" Jiménez, pasó a Juventud Antoniana (2005) y luego a Tigre (2005-2006), que de la mano de Ricardo Caruso Lombardi lograría el ascenso. Volvería a Instituto, hasta que llegó una oferta para jugar en Bolivia, país en el que a base de goles lograría un respeto máximo.

En Blooming vivió dos etapas (2007-2009/2010-2013), en el medio pasó Millonarios de Colombia (2010), y tiene casi un centenar de goles. Allí, los hinchas lo tienen como un ídolo, por el amor que tiene por esa tierra y por el gol sobre la hora al clásico rival, Oriente Petrolero. También por negarse a jugar en otro club que no sea en los "Millonarios", donde además fue campeón en 2009. Le fue tan bien a Boyero en Bolivia que se habló de nacionalizarlo para poder tener su gran chance en la Selección de aquel país.

Hoy por hoy tiene doble nacionalidad y un hijo nacido en Bolivia. Su deseo era permanecer allí, donde se siente muy feliz. Pero llegó la gran oportunidad de debutar en Primera División a los 33 años en Argentinos Juniors. Y no la desaprovechó. Prometió volver, para estar con su familia que no vino a la Argentina, y empezó a pagarle con goles la confianza brindada por Ricardo Caruso Lombardi.

"Es un reto hermoso, más sabiendo que es Primera, donde no tuve la opción de jugar antes y es por eso mismo que acepté. Cuando jugué en Tigre estábamos en la B, ascendimos, sin embargo ya no me volvieron a llamar y me quedó ese sabor a deuda", contó el delantero antes de regresar a su país natal.

Hernán Boyero jugó dos encuentros como titular y convirtió dos goles, el último más recordado porque se trató de la goleada de Argentinos sobre el gran candidato San Lorenzo de Almagro. "Yo no soy futbolista, sólo juego al fútbol", dice Boyero, quien espera algún día volver a su oficio, el de chatarrero.

      

Guardar