Desde el arranque del mercado de pases su nombre recorre los pasillos del Monumental, pero costó más de la cuenta sellar su contrato y aprobar su llegada. "Desde el día 8 quería estar ya en el club, yo ya había dado el sí", manifestó Carlos Carbonero, uno de los últimos refuerzos que arribará en las próximas horas a Salta para agruparse junto a sus nuevos compañeros y empezar con los trabajos físicos de pretemporada.
"Estoy contento por este momento, por venir a un club grande como River, estaba muy ansioso", admitió el colombiano, quien no tiene otra cosa en la cabeza que ponerse a disposición de Ramón Díaz, acondicionarse físicamente y estar a la par del resto. "Es un sueño, como se dice, porque no todos los días se da la chance de jugar en un equipo como River o Boca", puntualizó luego el ex Estudiantes de La Plata, que fue campeón en Arsenal de Sarandí.
Recién llegado de su país, pisó Buenos Aires para realizarse la revisión médica correspondiente y una vez que tenga el OK de los doctores "millonarios", emprenderá viaje rumbo al Norte (junto a Jonathan Fabbro), para conocer a sus nuevos compañeros y entrenador. "No hablé ni con Ramón ni Passarella", comentó el bogotano de 22 años. "No dudé en venir", manifestó con muestras de felicidad.
Su carrera va en franco ascenso y a pesar de su corta edad, el "cafetero" se entusiasma con romperla con la Banda para tener chances de ser observado por Néstor Pekerman: "River mueve muchas cosas, si estoy en un buen nivel o momento, Dios quiera pueda ser tenido en cuenta para mi Selección". Confianza e ilusión es lo que le sobra a Carbonero.
El vínculo que lo ligará con la institución riverplatense será a préstamo por un año, con una opción de compra que rondaría los 400 mil dólares.