Los funcionarios cubanos se apresuraron a solicitar que la embarcación fuera liberada prometiendo que no había drogas, y no hizo mención de las armas hasta dos días después, cuando se encontraron escondidas debajo de 220.000 sacos de azúcar morena, dijo un funcionario panameño a la agencia Reuters.
"Me dijeron que todo fue un gran malentendido", dijo el funcionario, que habló bajo condición de anonimato. Cuba se negó a comentar sobre este testimonio.
Todavía hay dudas en torno al cargamento de azúcar y lo que Cuba llama "obsoletas" armas de la era soviética que, según dijo, fueron enviadas a Corea del Norte para ser reparadas.
El descubrimiento ha puesto a la nación asiática bajo una mayor presión diplomática, porque se sospecha que el cargamento estaría violando un embargo de armas de la ONU contra Pyongyang por su programa nuclear y de misiles balísticos.
Los beneficios para Cuba por el contrabando de armas a Corea del Norte no parecen compensar los riesgos potenciales, según los expertos.
"Es desconcertante. Es difícil de creer que Cuba se arriesgaría tanto por tan poco", dijo Frank Mora, funcionario de alto rango del Pentágono en América Latina durante el primer mandato del presidente Barack Obama.
Las autoridades panameñas dicen que el envío fue probablemente parte de un intercambio de armas por azúcar.
Mientras que Cuba necesita modernizar su arsenal, los expertos dicen que la fallida operación de contrabando era tan torpe y mal concebido que parecía fuera de lugar para las fuerzas armadas cubanas, normalmente muy disciplinadas.
Sin embargo, puede que no haya sido el primer intento de este tipo. Los expertos en seguridad dicen que cinco barcos de Corea del Norte han transitado por el Canal de Panamá en los últimos tres años. Uno de los barcos, el O Un Chong Ho Nyon, pasó a través del canal y atracó en La Habana en mayo del 2012.
"Esto demuestra que tanto Cuba y Corea del Norte están muy aislados y están buscando un poco de consuelo mutuo. Ellos tienen pocas alternativas y no tienen mucho dinero en efectivo", dijo Bruce Bagley, experto en América Latina de la Universidad de Miami y ex asesor de servicio de inteligencia de Panamá.