La estatua de Colón sigue siendo el centro, impensado, de una nueva disputa entre Nación-Ciudad. Lejos de diluirse, la polémica se potencia cada día; en esta ocasión, por una serie de presentaciones judiciales que apuntan a impedir su traslado.
La ONG Basta de Demoler, el gobierno porteño y entidades de italianos interpusieron nuevos recursos legales para impedir que la estatua sea llevada a Mar del Plata y en su lugar emplacen una de Juana Azurduy, donada a la Argentina por el gobierno boliviano.
Las asociaciones buscan, por su parte, que la Justicia ordene "la inmediata reposición de las piezas del monumento que fueron removidas" y que "cualquier reparación se realice en el mismo lugar".
La administración kirchnerista aclaró, sin embargo, que tiene aval para bajar la estatura e iniciar las tareas de restauración, ya que la medida cautelar vigente (permite "medidas para la conservación o preservación del monumento") sólo impide el traslado a Mar del Plata.
El secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, advirtió hoy que las autoridades nacionales van a continuar con los trabajos "por más que le pese a Mauricio Macri y a Horacio Rodríguez Larreta".
En este sentido, Juan Arriegue, ingeniero a cargo del operativo, dijo a la prensa que "no vamos a trasladar la estatua, solamente vamos a someterla a un proceso de restauración, ya que varios informes señalaron la posibilidad de que colapse debido a su deterioro". "Antes de iniciar el proceso de restauración hablamos con la comunidad italiana y obtuvimos su apoyo", apuntó.
Mientras la polémica continúa, la estatua de Colón permanece recostada sobre una tarima de madera en los jardines traseros de la Casa Rosada y custodiada por agentes de Tránsito del gobierno porteño, que están allí para impedir el traslado.