La procuradora general de la Nación Alejandra Gils Carbó ha emprendido una batalla "contra las corporaciones" y "contra el oscurantismo judicial". Al mismo tiempo, uno de sus subordinados, Guillermo Noailles, no presentó un recurso de queja y con eso consagró la impunidad en unos de los casos de corrupción con mayor cantidad de pruebas que jamás se haya visto en los últimos tiempos. Noailles está a cargo de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas desde que Manuel Garrido -hoy diputado por la UCR- se fue denunciando que el anterior Procurador, Esteban Righi, no permitía investigar la corrupción.
Noailles ya había tenido una actuación cuestionada cuando decidió no apelar el sobreseimiento que le dictó el juez Norberto Oyarbide a Néstor y Cristina Kirchner por la meteórica evolución de su patrimonio. Noailles en aquella ocasión había consultado a los contadores de la FIA quienes le aconsejaron apelar porque las declaraciones juradas tenían varias inconsistencias. No apeló. Y, por supuesto, siguió en su cargo.
Noailles había decidido pelear judicialmente para que los mails de las computadoras de Manuel Vázquez, testaferro y hacedor de negocios sucios de Jaime, sirvieran como pruebas en varias causas judiciales. Sobre esas computadoras se hicieron dos peritajes: el primero lo hizo la Policía Federal y no halló nada. El segundo fue hecho por profesores de la Universidad de Buenos Aires y arrojó muchos resultados.
En los mails quedaron reflejadas operaciones que revelaban pagos de coimas depositados en cuentas en los Estados Unidos, la compra por parte de empresarios del transporte del avión de 4 millones de dólares que usaba Jaime, la formación de sociedades en Costa Rica para facturar comisiones ilegales, el pago de "costes políticos" en la compra de trenes españoles traídos a la Argentina (que hoy están arrumbados porque nunca funcionaron), aportes ilegales de dinero a las campañas del kirchnerismo y la entrega de licitaciones para empresas vinculadas a Daniel Jaime, hermano del ex funcionario. La lista de delitos y trapisondas confirmadas por los correos electrónicos es larga.
A partir de ese hallazgo se abrieron seis causas judiciales por corrupción. Pero cuando los peritos de la UBA brindaron su informe, dejaron el camino libre para que Jaime y Vázquez pidieran la nulidad: dijeron que no podían garantizar que se hubiera mantenido la cadena de custodia de las computadoras entre los peritajes. De eso se aferraron tanto Jaime como los empresarios del transporte cuyos negocios sucios quedaron expuestos e impulsaron la nulidad. Oyarbide, quien ordenó el peritaje, primero dijo que los mails eran válidos. Después se contradijo.
Ante la apelación del fiscal Carlos Rívolo el caso llegó a la Cámara Federal que los declaró nulos. Fueron los camaristas Eduardo Farah, Eduardo Freiler y Jorge Ballestero quienes dieron por tierra con esas pruebas. Nadie se tomó el trabajo de investigar seriamente la imposibilidad material de agregar miles de mails a una computadora. Pero se basaron en la duda planteada por los peritos y con eso dejaron a salvo a mucha gente. Básicamente a empresarios cuyos negocios oscuros quedaban a la luz. Ellos, representantes de corporaciones, contentos.
A Jaime no le cambia mucho su panorama judicial. Tiene tres juicios orales en puerta. Uno por casos de corrupción, otro por robarse pruebas en un allanamiento y otro por corrupción seguido de muerte por la Tragedia de Once.
El fiscal de la Cámara Federal Germán Moldes respaldó la apelación de Rívolo ante la Cámara Federal pero no planteó recurso de Casación. Noailles sí se presentó a Casación y le rechazaron el recurso por falta de legitimidad. Luego presentó un recurso extraordinario ante la Corte, para que lo dejen apelar. Pero dos camaristas de Casación cerraron el caso: en contra de la facultad de apelar de la FIA -eso era lo que se discutía, no si los mails eran válidos- Mariano Borinsky y Eduardo Riggi, consideraron que Noailles no podía apelar. En cambio Liliana Catucci dijo que el recurso debía ser aceptado.
Noailles tenía la posibilidad de presentar una queja que debía ser resuelta por la Corte. Pero no lo hizo. Entonces sigue vigente la nulidad declarada por la Cámara Federal y los mails no son válidos. En fuentes de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas señalan que Noailles no presentó la queja por orden de Gils Carbó. Infobae consultó a la Procuradora al respecto y la respuesta fue dada por su vocero quien aseguró que Gils Carbó no dio ninguna instrucción a Noailles. Lo cierto es que a partir de la inacción de Noailles -que había hecho varios recursos- el caso quedó cerrado.
A pesar de que el juez federal Julián Ercolini, quien investiga un negociado con la compra de vagones para el subte A en China, había hecho otro peritaje que demostró que los mails comprometedores y que mostraban el robo en la secretaría de Transporte del kirchnerismo, no se habían modificado.