Pocos entienden tan bien la mente del Papa Francisco como el rabino argentino Abraham Skorka, que en los últimos 20 años, al menos una vez al mes en tiempos de que Francisco era el cardenal Bergoglio se "obligaban" mutuamente a reunirse para estudiar y analizar los grandes temas de la humanidad.
Cuando Skorka recibía a Bergoglio en la sinagoga, charlaban durante horas con medialunas de por medio. Cuando el Cardenal argentino era el anfitrión la propuesta cambiaba a bizcochos de manteca caseros.
"Mi amigo sabe que sólo como comida kosher y él se preocupaba por recibirme con cosas preparadas bajo las normas judaicas", recuerda Skorka.
Esta relación entrañable y de mutuo respeto intelectual que se profesaron todos estos años explica la declaración de Skorka a pocas horas de que se conozca la noticia de que Bergoglio se convertía en el Papa Francisco: "Mirándolo desde afuera y con mucha humildad, Bergoglio es el Papa que la cristiandad necesita", consideró.
Y por eso mismo y casi sin quererlo, el rabino Skorka se convirtió en el exégeta más autorizado del Papa Francisco. Y los medios de todo el mundo no tardaron en acosarlo periodísticamente.
En 2010 publicaron un libro juntos llamado "Sobre el cielo y la tierra" y por ahora ya quedó archivada la idea de editar una segunda parte.
La revista brasileña Veja entrevistó a Skorka hace unos días vía telefónica y el rabino se explayó sobre el recuerdo de su amigo.
La controversia se enciende cuando se le pregunta por el libro que escribieron juntos, que tiene una posición a favor de la homosexualidad y en contra del casamiento gay.
"El Papa Francisco y yo respetamos las decisiones democráticas de cada persona. Siempre estuvimos abiertos para escuchar a los homosexuales. Si dos personas aman de esa manera y desean firmar un contrato no nos oponemos, porque entendemos la importancia de los derechos y obligaciones. Todos tienen el derecho de elegir lo que los hace feliz, sin perjudicar a los demás. Lo que no estamos de acuerdo es que ese acuerdo sea llamado casamiento o que haya una opción que involucre a los chicos. Eso sería lo que Bergoglio denomina retroceso antropológico", puntualiza.
El concepto de "retroceso antropológico" se puede explicar de manera muy sintética citando a dos pensadores contemporáneos: Sigmund Freud y algunas obras del francés Claude Levi Strauss sobre las normas del parentesco; que básicamente plantean que las barreras que frenan nuestros impulsos son necesarias para que el hombre forme su cultura. Y el ejemplo más claro y debatido es el incesto.
Todas las normas referentes a la sexualidad son preguntas y cuestiones de fe. ¿Por qué ciertos parentescos son lícitos y otros están prohibidos?
Francisco escuchó y ayudó a muchos homosexuales para que no caigan en la promiscuidad y lleven adelante su condición de la mejor manera. Y por supuesto que los cuidados para evitar la promiscuidad valen tanto para las parejas homosexuales como para las heterosexuales.
Simple y profundo
El Papa Francisco habla de una manera simple, pero simple no significa que su discurso sea poco profundo. Sus palabras tratan de la esencia de las cosas, de actitudes y no de maquillaje.
Dice Skorka: respecto de la política, Francisco no cree en los extremos: ni un capitalismo salvaje que implique millones de personas sin poder llevar una vida digna, ni tampoco concentrar todo el poder en manos del Estado.
El Papa Francisco cree que el Estado debe esforzarse por crear mejores condiciones de vida para el pueblo.
En su libro ambos escribieron que el fundamentalismo es un tipo de religiosidad rígida que niega la libertad e impide que las personas piensen.
"Toda religión debe ser dinámica y ante todo se debe privilegiar el diálogo. El fundamentalismo como dice Francisco tiene un discurso único, en el que no existe la voz del otro", refuerza.
"La única esperanza de diálogo con los fundamentalistas y terroristas es esperar que cambien de postura y acepten la existencia del otro".
"Lo que está haciendo el Papa Francisco es muy valioso", se refiere Skorka. "Se trata de reforzar los gestos en favor de la paz porque eso se reproduce. Y ese será el corazón de su papado: trabajar con humildad y simplicidad por la paz y para los hombres de todas las religiones", explica.
"El papa Francisco quiere imprimir una dimensión de espiritualidad muy fuerte en la Iglesia católica. Y por supuesto que hay preguntas puertas adentro de la Iglesia como los sacerdotes que cometieron abusos sexuales".
"Esa cuestión le hace muy mal al Papa porque genera mucha desconfianza de la gente", considera Skorka.
La tolerancia con los pedófilos debe ser cero. Francisco piensa que la Iglesia debe tener respuestas para las angustias existenciales del hombre y al mismo tiempo debe ser un lugar de pureza profunda. No es un lugar donde se practican cultos superficiales.
La Iglesia para Francisco debe ser un lugar que tenga un compromiso real con la justicia, con la verdad, la misericordia y todo lo que aparece en el evangelio. Son los valores comunes tanto del cristianismo como de la tradición judaica.
Sobre la eutanasia el rabino Skorka es terminante: "La vida de cada uno es sagrada y única, la última palabra la tiene que tener la ciencia".
Resignado, Skorka conluye: "lo que más voy a extrañar durante su papado es que ya no podremos "escaparnos" para tomar un café; y debatir horas y horas sobre todos estos temas".