Parece a propósito, pero obedece a causas internas e internacionales. Mientras el Gobierno defendía los nuevos bonos que permiten legalizar dólares no declarados, las autoridades financieras del Vaticano, que dependen del papa Francisco, firmaban un acuerdo contra el blanqueo de dinero, en el marco de las medidas impulsadas por los organismos internacionales en la lucha contra el financiamiento del terrorismo y otras actividades ilícitas.
Según informa la agencia AICA, la Autoridad de Información Financiera de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano firmó ayer un acuerdo con el "Financial Crimes Enforcement Network" (FinCEN), en Washington D.C, para fortalecer los esfuerzos en la lucha contra las operaciones de financiación del terrorismo y el blanqueo de dinero a nivel mundial.
El memorando está firmado por René Brülhart, director del AIF y Jennifer Shasky Calvery, directora de FinCEN, y promoverá la cooperación bilateral mediante el intercambio de información en el sector financiero.
"Esta es una indicación clara de cómo la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano se suman de forma muy seria a la responsabilidad de combatir el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo y de cómo nosotros estamos cooperando al más alto nivel", declaró Brülhart.
"El Vaticano demostró ser una contraparte creíble internacionalmente y que se comprometió claramente en el intercambio de información para contrarrestar los fenómenos ya mencionados".
La AIF se instituyó en el año 2010 y comenzó su actividad en abril de 2011. Es la autoridad competente de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano para la información financiera y para la supervisión y regulación de las obras financieras en vista de la prevención y de la lucha contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo.
Hasta ahora se han firmado convenios con los organismos de Bélgica, España, Eslovenia, ahora con los Estados Unidos, que cumple un papel particularmente importante en la lucha contra el lavado de activos.
El telón de fondo del acuerdo difícilmente pueda desvincularse del escándalo Vatileaks. El año pasado, el periodista italiano Gianluigi Nuzzi publicó el libro Su Santidad, las Cartas Secretas de Bendicto XVI, donde se dieron a conocer más de 100 documentos reservados que sacudieron a la curia romana, que incluían casos de abuso de menores, corrupción y lavado de activos con el Banco del Vaticano como protagonista. La presunta ignominiosa gestión financiera de la Santa Sede forma parte de la agenda que el papa Francisco debe resolver de manera urgente.