La muerte de Hugo Chávez ha dejado en evidencia que en Venezuela algo ha cambiado: sin el líder, el tan promocionado chavismo entró en una crisis.
Hace apenas unos meses, con el caudillo ya enfermo de cáncer y tras un esfuerzo personal y un gran operativo para mostrarlo supuestamente recuperado de su mortal dolencia, las elecciones mostraron un resultado contundente a favor de Hugo Chávez, que obtuvo casi 1,6 millones de votos de diferencia sobre Henrique Capriles.
Tras conocerse el ajustado triunfo de Nicolás Maduro, por poco más de 200.000 votos, el chavismo evidencia un cambio.
Poco más de un mes después del fallecimiento del líder bolivariano, y con un aparato de propaganda que apelaba al voto en homenaje a Chávez, Nicolás Maduro no consiguió los mismos resultados. Ni asumirse como "el hijo de Chávez" le alcanzó para sacar las diferencias que el oficialismo esperaba.
Maduro consiguió 7.505.338 votos, frente a los 8.191.132 que alcanzó Chávez en octubre pasado.
La reacción de Ramón Aveledo en la rueda de prensa, donde acusó al Gobierno de estar "engañando al país", contrasta notablemente con el escenario de octubre, donde Henrique Capriles salió ante los periodistas y admitió la derrota.
En esta oportunidad, la oposición se adelantó y anticipó que no está dispuesta a aceptar que ningún tipo de irregularidad empañe los resultados.
Con el 99,12% de los votos contabilizados, y según el CNE con una tendencia ya irreversible, el candidato de la oposición alcanzó 7.270.403 votos, una cifra que subió en 679.094 votos respecto de la elección anterior. Henrique Capriles había anticipado su intención de captar a los chavistas desencantados con Nicolás Maduro; una extrapolación de lo perdido por Maduro y lo ganado por Capriles parece mostrar que muchos chavistas optaron por el candidato de la MUD.