En diciembre se anotó un déficit presupuestario primario de $11.045,8 millones (u$s2.245,1 millones al tipo de cambio oficial), un 36,2% superior frente al mismo mes del 2011.
El resultado, que no incluye los pagos de deuda, es seguido de cerca por el mercado financiero, ya que representa una medida de la capacidad de un país para honrar sus compromisos financieros.
Con casi dos meses de demora, el Gobierno finalmente difundió el resultado fiscal de 2012, el primer rojo desde 1996. El informe tenía que haberse dado a conocer el 20 de enero.
El deficit financiero de 2012 fue $55.563 millones, contra 30.663 millones de 2011, casi el doble, mientras que el rojo primario fue el primero desde 1996, cuando la economía arrastraba los efectos de la crisis del Tequila.
"No es algo de preocupación. Cuando lo tengamos lo vamos a informar", había dicho hace unos días el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa al ser consultado.
La contabilidad creativa, consistente en diferir pagos de sueldos y proveedores y de alimentar la caja con recursos discrecionales del Banco Central, la Anses, amén del impuesto inflacionario, ocultó un rojo real antes de pago de intereses superior a $34.000 millones, y financiero de más de $85.000 millones, el más alto desde la hiperinflación de 1989 y 1990 en pesos constantes y en dólares.