Un centenar de ministros y personalidades del mundo entero degustaron, este martes, en Nairobi, un banquete gourmet con alimentos rechazados por los supermercados europeos por razones estéticas, para denunciar el "escándalo" de este desperdicio masivo.
El banquete fue servido a los invitados de la reunión anual del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con 1.600 kilos de verduras y fruta kenianos rechazados por estas cadenas de distribución.
"Ninguna razón económica, medioambiental o ética pueden justificar un desperdicio de alimentos de esta envergadura", dijo el director del PNUMA, Achim Steiner, a los invitados reunidos en la sede de la organización en Nairobi.
Esta organización de las Naciones Unidas realiza una campaña para reducir el desperdicio de alimentos, que se eleva a 1.300 millones de toneladas al año en el mundo, y para reducir el impacto negativo de este fenómeno en "un sistema mundial de producción alimentaria al límite".
Los ministros de Medio Ambiente y sus delegaciones no se habrían dado cuenta de lo que comían si nadie se lo hubiera dicho, pero el menú vegetariano servido el martes estaba compuesto exclusivamente por verduras y frutas que no han pasado el examen de las cadenas de distribución de alimentos europeas.
En el menú figuraban pasteles de maíz asado, un "dal" (especie de puré) indio de lentejas amarillas con tamarindo y un postre "mangomisu", un tiramisú a base de pulpa de mango.
Estos productos, que no han superado el listón de apariencia en Europa, han sido cultivados en Kenia, un importante exportador de frutas y verduras a Europa y en particular a Gran Bretaña.
Más de un tercio de la producción alimentaria mundial se desperdicia, lo que incide en la inflación y contribuye al calentamiento del planeta, y ello pese a que cerca de 1.000 millones de personas pasan hambre, según la asociación Feeding the 5.000.