Su dueña había fallecido hace dos meses, pero Ciccio, un pastor alemán de 12 años, nunca la ha dejado de lado. Todos los días acude al cementerio de Santa María de la Asunción, en San Danos (Italia), donde, hace dos meses asistió al funeral de María Corredera, de 57 años, la mujer que lo cuidó y que dedicó toda una vida a los perros callejeros.
Se lo puede encontrar en la iglesia, bajo el altar, cerca del cura de la parroquia que distribuye la comunión entre los fieles.
Ahora Ciccio acude a misa en la iglesia donde solía acompañar a María, y donde según los fieles "espera a reunirse con ella".
La historia de Ciccio recuerda a aquella contada por la famosa película protagonizada por Richard Gere, Hachiko. Un perro y su dueño, un vínculo que no se rompe, incluso después de la muerte.