La justicia civil de Nueva York anunció el lunes un acuerdo financiero secreto entre Dominique Strauss-Kahn y la mucama del hotel que lo acusó de agresión sexual el año pasado, cerrando así al menos en los papeles al escándalo que arruinó la carrera del ex director del FMI.
"Hace cerca de diez minutos llegamos a un acuerdo", señaló el juez Douglas McKeon en una corta audiencia en los tribunales del Bronx, aclarando que los términos del compromiso por el cual Nafissatou Diallo aceptó retirar los cargos por los hechos de mayo de 2011 eran "confidenciales".
La mujer de 33 años de origen guineano estuvo presente en la audiencia, vestida con pantalón y saco negros y un pañuelo blanco cubriendo sus cabellos.
En cambio, el ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ya había logrado el cierre de la causa penal en agosto del año pasado, no asistió.
"Solo quiero agradecer a quienes me apoyaron en todo el mundo. Gracias a todos, gracias a Dios y que Dios los bendiga", afirmó Diallo con calma en las escalinatas de los tribunales al final de la audiencia.
Su abogado Kenneth Thompson señaló que el acuerdo permitía a Diallo "reanudar su vida", resaltando su "valentía y "confianza en el sistema judicial" estadounidense.
De su lado, los letrados de Strauss-Kahn, William Taylor III y Amit Mehta, manifestaron su satisfacción de "haber llegado a una resolución de esta cuestión".
Ambas partes se negaron a hablar del monto acordado, que rondaría los 6 millones de dólares según la prensa francesa.
Este tipo de acuerdo financiero para poner fin a proceso civiles es muy frecuente en Estados Unidos. No es una confesión de culpabilidad, pero evita al acusado dar su versión de los hechos.
Sólo la mitad de la sala de audiencias estaba llena. Un centenar de periodistas, en su mayoría franceses, se trasladaron al Bronx, un fuerte contraste con el circo mediático que había despertado el caso en su momento.
Diallo acusó a Strauss-Kahn de haberla obligado a realizarle una felación en una habitación del hotel Sofitel en Manhattan el 14 de mayo de 2011, provocando la detención del político socialista francés en el aeropuerto JFK de Nueva York cuando se aprestaba a abandonar territorio estadounidense.
Strauss-Khan, de 63 años, reconoció haber tenido una relación sexual "inapropiada", pero afirmó que fue consensuada y sin violencia. Estuvo detenidos unos días en la prisión de Rikers Island y luego bajo un estricto arresto domiciliario en la Gran Manzana.
La fiscalía de Manhattan, que impulsó rápidamente su inculpación, tuvo que abandonar los cargos penales tres meses más tarde, en agosto de 2011, por las inconsistencias y contradicciones en la declaración de la inmigrante de origen guineano, lo que supuso un increíble vuelco en el caso.
Strauss-Kahn fue puesto en libertad y regresó a Francia, pero el escándalo le costó no solo su puesto en el FMI sino también sus aspiraciones presidenciales, ya que hasta allí era favorito para los comicios que tuvieron lugar este año y en los que se impuso finalmente el también socialista Francois Hollande.
La firma del acuerdo con Diallo permite a DSK zanjar sus problemas con la justicia estadounidense, aunque sigue estando inculpado en Francia en el marco del caso del hotel Carlton, que concierne a la organización de fiestas con prostitutas.
Sus abogados pidieron que este proceso se declare nulo a raíz de dudas sobre la imparcialidad de los jueces de instrucción. La justicia francesa se pronunciará al respecto el 19 de diciembre.
El escándalo de Nueva York dio lugar además a otra denuncia contra Strauss-Kahn en Francia por parte de la escritora Tristane Banon, que lo acusó de intento de violación en 2003.
A pesar de que la fiscalía de París reconoció la existencia de un delito de agresión sexual, la causa no prosperó porque el delito estaba legalmente prescrito.
Separado de Anne Sinclair, con quien estaba casado en el momento de los hechos de Nueva York, Strauss-Kahn ha iniciado en los últimos meses un lento regreso a la escena pública como consultor y conferencista.