Ayer, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, acompañado por el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich, presentaron el Índice de Equidad y Calidad de la Educación Porteña (IECEP), un mecanismo para evaluar la calidad de escuelas públicas y privadas de la Ciudad de Buenos Aires.
De ahora en más, el equipo directivo de cada escuela y los padres de los alumnos podrán conocer ese índice, que aparecerá como una calificación, y podrán compararlo con el promedio del resto de los colegios para tener en cuenta el nivel de los establecimientos a los que envían a sus hijos.
Esta medida despertó la polémica en las agrupaciones gremiales que argumentaron que no fueron notificados de esta publicación. Además, alertaron de que la difusión de esos índices puede ser "estigmatizante" para las escuelas de bajo nivel.
Manuel Gutiérrez, vocero de Ademys, aseguró: "Nunca fuimos comunicados de que iban a publicar un índice. Esta iniciativa es estigmatizante del sistema público. Hay que ver de dónde partimos para evaluar, cuál es la realidad socioeconómica de los alumnos. La escuela privada no se hace cargo del deterioro social. Y hay un intento de desvalorizar las escuelas públicas".
Frente a esa postura, Macri afirmó: "Lo dijo la ministra de Educación de (Rafael) Correa, de un gobierno socialista: 'Lo que no se evalúa, no sirve'. Tenemos que evaluar para saber cómo estamos".
A partir del primer índice, donde se evaluaron 1.200 escuelas públicas y privadas de la Ciudad, se pudo determinar que el nivel promedio es de 6,1 puntos (la escala mide de 0 a 10). Las mejores están en los distritos 13 (Núñez, Belgrano y Colegiales) y 14 (Palermo), con 6,7 puntos totales, mientras que la zona con peor resultado es el distrito 8 (Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano), con 5 puntos, seguido por el distrito 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya), con 5,7 puntos, y el distrito 15 (Chacarita, Villa Crespo, La Paternal, Villa Ortúzar, Agronomía y Parque Chas), con 5,8 puntos, según una información publicada en el diario Clarín.
A la hora de realizar esta evaluación, que se elaborará todos los años, se tienen en cuenta tres variables: la cantidad de alumnos que finalizan la escuela, la tasa de repitentes (para establecer parámetros de aquellos que finalizan la cursada a tiempo) y los saberes mínimos incorporados por parte de los alumnos para poder integrarse productivamente en la sociedad.
Ya están disponibles los índices de las secundarias y a partir del próximo ciclo lectivo se agregarán las escuelas primarias.
"La idea es tener un diagnóstico, pero que esté ligado a planes de mejora. Nuestra política no es sólo evaluar, sino devolverles a las autoridades y a los padres esos resultados. Queremos rendirles cuentas, que nos pidan explicaciones", señaló Silvia Montoya, directora general de la Evaluación de la Calidad Educativa y quien también participó de la reunión de ayer.
Para Bullrich, los números muestran que hay una confirmación de la relación entre nivel socioeconómico y rendimiento educativo, "pero también hay demostraciones concretas de que ese contexto puede ser vencido, hay escuelas muy buenas en comunas con bajos promedios generales".
Montoya añadió: "Hay escuelas muy buenas y otras no tan buenas con pocas cuadras de diferencia".
El ministro de Educación porteño defendió la realización de estos índices y declaró: "No había una cultura de evaluación, los equipos directivos no sabían la tasa de abandono o de repitencia. Pero creo que hemos terminado con la idea de que las evaluaciones son persecutorias. La intención es que haya una competencia sana entre las escuelas de los mismos distritos. Y que también sea una forma de involucrar a las familias. En Brasil se hicieron experiencias similares, y el resultado es que se involucra la familia en la mejora de la escuela", concluyó.