El pasado 29 de octubre, el huracán Sandy arrasó con toda su fuerza sobre el noreste de los Estados Unidos. A 30 días del episodio, las autoridades confirmaron que dejó pérdidas por US$ 80.000 millones.
Este jueves, el gobernador de Connecticut, Dannel Malloy, anunció que pediría US$ 3.200 millones de ayuda al gobierno federal, con el objetivo de reemplazar o de reforzar las infraestructuras dañadas por Sandy, por el paso del huracán Irene, en agosto de 2011, y por una tormenta de invierno ocurrida el 7 de noviembre.
Por su parte, el gobierno de New Jersey revisó al alza las primeras estimaciones sobre los daños provocados por el huracán en la zona a US$ 36.900 millones.
Hace unos días, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, también había ampliado las estimaciones iniciales sobre las pérdidas en su estado a US$ 41.900 millones.
Para el gobernador de New Jersey, Chris Christie, este desastre es comparable al paso del huracán Katrina, que afectó al sur de los Estados Unidos en agosto de 2005. "Va a ser un largo camino para reconstruir y restaurar las localidades", señaló Christie.
Además, precisó que millones de hogares fueron afectados por la falta de electricidad.
233.000 personas ya pidieron ayuda a la agencia que gestiona las crisis, FEMA.