Brasil: más violencia en San Pablo y Santa Catarina

Los ataques, atribuidos al Primer Comando de la Capital (PCC), han causado cinco muertes durante la madrugada

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 AFP 163
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Las autoridades de San Pablo indicaron que, en uno de los últimos ataques, una mujer que regresaba a su casa con su hijo de un año fue tiroteada de forma indiscriminada por dos hombres que circulaban en una moto.

El bebé falleció y la mujer permanece hospitalizada, según la Policía Militarizada del estado.

Las otras cuatro muertes ocurrieron en circunstancias similares en Guarulhos, ciudad vecina a San Pablo, y en los barrios paulistas de Guaianazes, Jardim Tiete y Tatuapé.

      

En

Santa Catarina

, cuatro ómnibus de transporte público fueron incendiados por delincuentes, que, según sospechan las autoridades, estarían vinculados al

, una

banda nacida en el interior de las prisiones de San Pablo hace más de una década.

Desde inicios de octubre, las autoridades policiales paulistas han registrado más de 250 asesinatos, en su mayoría indiscriminados y en muchos casos dirigidos contra agentes que no estaban de servicio.

En las últimas dos semanas esos ataques se han recrudecido en Santa Catarina y en Florianópolis, la capital de ese estado del sur de Brasil, donde se han producido al menos veinte atentados contra autobuses.

      

Para intentar contener la ola de violencia, las autoridades de Florianópolis anunciaron que los autobuses de transporte público circularán con escolta policial, sobre todo durante las noches, cuando ocurren la mayoría de los ataques. Aunque aún no cuentan con datos concretos sobre el origen de los atentados, las autoridades tienen fuertes indicios de que detrás se esconde el PCC, una organización mafiosa nacida en 1997 en el interior de las cárceles del estado de San Pablo y con ramificaciones en todo el país e incluso Paraguay.

Las sospechas fueron en parte confirmadas por el testimonio de un ex presidiario detenido esta semana y acusado de haber asesinado a un policía en una ciudad del interior del estado.

      

Según el diario

, el detenido confesó que asesinó al agente por ordenes del PCC, con el que tenía

"deudas" por drogas

desde la época en que estaba en prisión.

El PCC irrumpió en la escena nacional en febrero de 2001, cuando sus líderes coordinaron la ocupación simultánea de 29 presidios del estado de San Pablo para protestar por las degradantes condiciones de reclusión.

La rebelión duró casi 48 horas y llevó al traslado de muchos de los cabecillas del PCC a prisiones de otros estados con la intención de desarticular a la banda, que aún así se ha mantenido activa.

      

En mayo de 2006, el PCC dirigió una rebelión similar y llegó a controlar durante tres días un total de 73 cárceles en los estados de San Pablo, Mato Grosso do Sul y Paraná, acompañada de una ola de violencia similar a la de ahora que entonces causó cerca de un centenar de muertos en unas dos semanas.

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