Otro fallo judicial le otorga el beneficio de salidas transitorias a un abusador

Por una decisión de dos jueces de San Isidro, Celia Margarita Vázquez y Gustavo Herbel, el cura Mario Sasso, condenado a 17 años de prisión por cometer delitos sexuales contra 5 nenas, gozará de ese recurso 

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El ex cura Mario Napoleón Sasso, uno de los primeros sacerdotes condenados en el país por abuso de menores cuando era párroco de la capilla de la localidad bonaerense de La Lonja, partido de Pilar, fue beneficiado con salidas transitorias, informaron hoy fuentes judiciales.

El fallo que le permite al ex sacerdote salir de la cárcel fue dictado la semana pasada por la Sala III de la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro y lleva la firma de los jueces Celia Margarita Vázquez y Gustavo Herbel.

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de San Isidro, que en 2007 condenó a Sasso a 17 años de prisión por abusar en la capilla de cinco niñas de entre 7 y 14 años, planteó su oposición al beneficio, pero por orden de sus superiores de la Cámara, las salidas comenzaron a efectivizarse desde la semana pasada.

Las fuentes indicaron que, al menos, el TOC 1 logró que Sasso tenga el beneficio mínimo, que es una salida transitoria de 24 horas al mes y que puso como garante de las mismas a la actual esposa del condenado, Argentina Graciela Inés Miño, con quien se casó en 2007 mientras esperaba en prisión el juicio oral.

Las salidas transitorias de 24 horas al mes serán en el domicilio de Miño, en la ciudad de La Plata, según informaron los voceros judiciales consultados por Télam. Sasso logró las salidas transitorias porque cumplió este año la mitad de su condena, ya que la Cámara de Casación le redujo la pena impuesta en el juicio a 16 años de cárcel y lleva 8 detenido, desde 2004.

En el juicio oral, se demostró que entre 2002 y 2003, Sasso, único sacerdote de la capilla San Miguel de La Lonja, donde funcionaba un comedor, les ofrecía a las niñas caramelos y las invitaba a ver televisión a su habitación, donde las desvestía, manoseaba y se masturbaba delante de ellas.

La policía secuestró en el lugar profilácticos usados y pornografía infantil que el cura tenía almacenada en su computadora y en revistas pedófilas y, según se comprobó en el debate, les hacía ver a las nenas mientras las abusaba.

Al finalizar el juicio, el TOC 1 de San Isidro lo condenó por "abuso sexual doblemente calificado en razón del sometimiento sexual ultrajante para las víctimas y por su condición de ministro de un culto religioso".

La causa se inició en noviembre de 2003 con la denuncia de una catequista de la parroquia, quien se enteró de la situación por el relato de una de las nenas.

El por entonces fiscal de Pilar Enrique Ferrari –hoy juez en Lomas de Zamora–, y el juez de Garantías de San Isidro Orlando Díaz, libraron una orden de captura sobre Sasso, que recién se efectivizó el 20 de enero de 2004. El sacerdote eludió durante más de un mes y medio la orden de captura internacional dictada en su contra, modificó su fisonomía para no ser reconocido y viajó a Paraguay, donde permaneció unos diez días prófugo, tras los cuales regresó al país y fue detenido.

Sasso ya tenía antecedentes clínicos de pedofilia en la diócesis de San Juan, provincia de donde es oriundo, por lo que las autoridades eclesiásticas lo habían enviado a hacer un tratamiento entre 1996 y 1998 en la Domus Mariae de Tortuguitas, una institución donde son albergados sacerdotes con problemas de conducta.

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