La historia en el Cementerio de los Elefantes no terminó en paz. A falta de un minuto para que se cumpliera el tiempo reglamentario, los hinchas visitantes comenzaron a trenzarse con la Policía, quien no dudó en reprimir y disparar balazos de gomas por doquier. Allí, el partido se detuvo y los jugadores de Belgrano, que tenían familiares en la popular, exigían calma pero demostraban su nerviosismo y exaltación por la inesperada situación. Y más tarde, vendría lo peor.
Juan Carlos Olave fue acusado de agredir físicamente a dos efectivos y se lo llevaron detenido del estadio Estanislao Brigadier López. El arquero fue trasladado a una sede judicial para hacer su descargo y brindar declaraciones por lo suscitado en Santa Fe, donde acudió acompañado de un dirigente del "Pirata". "Fue un momento complicado. La gente no podía salir y nos decían que el portón estaba cerrado", explicó Gastón Turus, unos minutos más tarde de transcurrir los lamentables hechos en el Colón.
El que descargó toda su bronca fue Ricardo Zielinski, director técnico "pirata", quien no titubeó al denunciar: "Siempre que venimos acá, la Policía nos caga a palos". Por su parte, muchos periodistas cordobeses denunciaron golpes de los efectivos presentes y el robo de sus equipos por parte de algunos plateístas "sabaleros", que se habrían aprovechado de la situación.