En un encuentro con los expedicionarios de la Ruta Quetzal BBVA en el Museo de la Inquisición, Jaime García Márquez señaló que "desde el punto de vista físico está bien, aunque ya tiene algunos conflictos de memoria", que se agravaron por el cáncer linfático que superó en 1999.
"En la familia todos sufrimos de demencia senil y Gabriel ya tiene los estragos, que se le adelantaron debido a la enfermedad que lo puso en una situación casi de muerte", aseguró. "La quimioterapia le salvó la vida, pero también acabó con muchas neuronas, muchas defensas y células y se le aceleró el proceso", agregó.
No obstante, el escritor colombiano "todavía conserva el humor, la alegría y el entusiasmo que siempre tuvo". "Cuando hablamos con él, tenemos mucha preocupación por su salud, pero terminamos profundamente contentos porque lo tenemos vivo", afirmó Jaime.
El hermano de Gabriel García Márquez se quejó, también, por el interés que despierta la salud del literato. "El hecho real es que hay muchos comentarios, que algunos son ciertos, pero que siempre están llenos de morbo. A veces da la sensación de que quisieran que se muriera, como si su muerte fuera una gran noticia", comentó.