Mientras en el plano interno el Gobierno de David Cameron se enfoca en consolidar la recuperación económica tras la crisis que afectó a Europa, en el ámbito internacional se esfuerza por sortear lo mejor posible los reclamos de soberanía que enfrenta el Reino Unido por parte de la Argentina, por las Islas Malvinas, y de España, por Gibraltar.
El segundo caso tuvo este miércoles un doble salto, que muestra a las claras que el conflicto podría crecer en los próximos días. Por una parte, desde el plano simbólico, la decisión de la realeza ibérica de ausentarse a una cita protocolar en Londres; por otra, más pragmático, una medida que podría provocar encontronazos entre la Guardia Civil española y la Royal Navy británica.
El anuncio de la corona española estuvo amortiguado con la diplomacia pertinente. El vocero de la casa real se cuidó de mencionar la tensión y anunció que "el Gobierno considera poco adecuado que, en las circunstancias actuales, la reina Sofía asista al jubileo de la reina Isabel". Londres intentó desdramatizar el gesto, y su Ministerio de Relaciones Exteriores aseguró que "la visita (de la reina Sofía) era un acto privado" y por eso se excusó de hacer comentarios al respecto.
Las relaciones entre ambos países comenzaron a calentarse la semana pasada, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy hizo llegar su "disgusto y malestar" por la próxima visita a Gibraltar del príncipe Eduardo de Inglaterra y su esposa, Sophie Rhys-Jones, entre el 11 y el 13 de junio, con motivo del denominado "jubileo de diamante" de su madre.
Sin embargo, las rispideces más importantes llegaron con los cruces por el derecho a faenar en aguas cercanas a Gibraltar de los pescadores españoles, quienes en los últimos días fueron hostigados por la Royal Navy. Según informa el diario El País, tras las idas y vueltas que generaron las negociaciones con el Ejecutivo del Peñón, Madrid desplegó un dispositivo para que a partir de este jueves patrullas de la Guardia Civil los escolten para que trabajen en esa zona, que España considera propias, ya que fueron cedidas en el Tratado de Utrecht.
Gibraltar, un pequeño territorio de unos 7 km2 en la punta sur de la Península Ibérica, fue entregado a perpetuidad por España a Inglaterra en 1713 en virtud de ese pacto, pero Madrid sigue reivindicando su posesión el día en que el Reino Unido renuncie ésa.
En tanto, la ausencia de Sofía en Londres -la invitación también involucraba al rey Juan Carlos, quien ya había desistido de viajar por una operación reciente- tiene un precedente, ya que no es la primera vez que los reyes de España faltan a un acto de la familia real británica por el conflicto de Gibraltar: en 1981, los monarcas españoles rechazaron asistir a la boda del príncipe Carlos y Lady Di porque éstos tenían pensado hacer una parada en el Peñón durante su luna de miel.