El pasado 6 de septiembre, Guyana presentó ante la ONU una demanda para ampliar su plataforma continental a aguas frente a sus costas, más allá de las 200 millas que establece, hasta ahora, el derecho internacional, convirtiéndose en el país número 57 en formular dicho tipo de pedido desde 2001. Pero su presentación fue objetada por Venezuela a raíz de la disputa que ambos países mantienen desde hace más 50 años por el denominado Esequibo, un territorio de unos 159.500 kilómetros cuadrados que los venezolanos reclaman como suyo desde 1897.
La Comisión de Límites de la Plataforma Continental de la ONU se reúne desde el lunes hasta el 27 de abril para, entre otras tareas, estudiar nuevas demandas tras su última sesión, que había tenido lugar en agosto, por lo cual sería el turno de examinar el pedido de Guyana.
Lo que está en juego en estas presentaciones no es sólo ampliar la soberanía de los países hasta 350 millas de sus costas (o la isóbata de 2.500 metros más 100 millas náuticas), sino hacerse con los recursos disponibles en esas aguas, tanto en la forma de hidrocarburos como en actividad pesquera.
Las recomendaciones de la comisión no son vinculantes y no establecen límites entre Estados que son parte de una controversia territorial o marítima, algo muy importante por saber, ya que no pocas veces las demandas se superponen.
Dado el carácter casi secreto de las reuniones de la Comisión, poco se conocerá de sus debates hasta el final de este 29º período de sesiones y la publicación de un informe por parte de su presidente, indicó el lunes a la AFP una fuente diplomática de la ONU.
A la falta de información pública sobre los debates, se suma el hecho de que muy probablemente no exista ni siquiera un verdadero examen o un pronunciamiento contundente de la comisión sobre el tema, agregó esa fuente, que no quiso revelar su identidad.
Por su lado, el experto en derecho internacional Bjorn Kunoy afirmó a la AFP que la comisión se verá impedida de entrar en el estudio de la demanda de Guyana mientras se carezca de un visto bueno de Venezuela. "Si hay un diferendo territorial, es necesario el consentimiento de todos los Estados que forman parte del litigio. Sin el consentimiento de Venezuela, no habrá examinación de la demanda de Guyana", dijo.
Este experto recuerda otros casos similares, como el de las aguas en torno a las Islas Malvinas, territorio cuya soberanía reclama la Argentina y que se encuentra en manos del Reino Unido desde 1833.
La Argentina rechazó la demanda del Reino Unido y éste la de Argentina, ya que según ambos la otra parte se estaba adjudicando soberanía sobre territorios que no le pertenecían. En ocasión del pedido argentino, y según su informe del 1º de octubre de 2009, la Comisión "decidió que, de acuerdo con su reglamento, no se hallaba en condiciones de examinar ni de calificar las partes de la presentación que fuesen objeto de controversia".
El artículo 5 del anexo 1 del reglamento de este organismo independiente integrado por expertos afirma que "en caso de que haya una controversia territorial o marítima, la Comisión no considerará ni calificará la presentación hecha por cualquiera de los Estados partes en esa controversia". En el caso de Esequibo, un laudo arbitral de 1899 resolvió que era parte de Guyana, aunque Venezuela reactivó su reclamo en 1962, y cuatro años más tarde se firmó el Acuerdo de Ginebra. Desde entonces, las negociaciones se realizan al amparo de la ONU.
El pasado jueves, Guyana lamentó la objeción de Venezuela a su petición, que se realizó "de manera totalmente acorde con las previsiones de la ley internacional", según un comunicado de su Cancillería.
Tal como recordó Bjorn Kunoy, los trabajos de la comisión son muy meticulosos y pueden llevar años. "Desde 2001, sólo se adoptaron 12 recomendaciones finales", señaló este experto. "Incluso con un consentimiento de Venezuela, pasarían entre 10 y 15 años antes de que la demanda sea examinada", precisó.