La mancha se encuentra a 130 kilómetros de la costa de Río de Janeiro, según advirtió un comunicado conjunto de la Marina, la Agencia Nacional del Petróleo (ANP) y las autoridades ambientales.
Es consecuencia de la filtración que tuvo lugar la semana pasada a tres kilómetros de distancia de un pozo de Chevron, que debió ser sellado en noviembre de 2011, cuando se vertieron otros 2.400 barriles de crudo, de acuerdo con los cálculos de la empresa estadounidense.
Las autoridades brasileñas anunciaron que esta semana realizarán una reunión para evaluar los daños ambientales y resolver los pasos legales a seguir.
Por su parte, el Ministerio Público Federal (Fiscalía) adelantó que pretende presentar una denuncia penal contra los responsables de la compañía estadounidense por ambos derrames.
Chevron ya recibió diversas multas y se enfrenta a demandas judiciales que exigen que se le impida operar en Brasil y que pague millonarias indemnizaciones por el impacto ambiental.
Por lo pronto, la compañía anunció que suspenderá temporalmente la extracción de petróleo en la región de Campo de Frade, donde se produce el 90 por ciento de los hidrocarburos de Brasil.
Un tribunal de Brasil emitió este sábado una orden que impide abandonar el país a 17 directivos de la petrolera y de la perforadora Transocean. Entre ellos, se encuentran el presidente de la división brasileña de Chevron, George Buck, otros cuatro estadounidenses, dos franceses, tres australianos, un canadiense, un británico y cinco brasileños, según informó la Agencia Brasil (oficial).